02 sep 2025 , 10:46

¿Por qué muchas personas se muerden las uñas?

Te contamos cuáles son los comportamientos más habituales de las personas que se muerden las uñas, y qué affecciones podrían padecer.

   

Morderse las uñas, u onicofagia, es un hábito común que, a menudo, va más allá de un simple tic nervioso. Es una conducta que se usa como un mecanismo de afrontamiento para manejar el estrés, la ansiedad y el aburrimiento. En muchos casos, este comportamiento puede ser un rasgo aprendido por imitación, especialmente en la infancia.

Este hábito también puede estar ligado a ciertos rasgos de personalidad. Las personas con tendencias perfeccionistas u obsesivo-compulsivas a menudo recurren a morderse las uñas como una forma de mantener el control y calmarse. La onicofagia también podría tener una predisposición genética.

Además, morderse las uñas puede ser un síntoma de trastornos subyacentes, como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). En estos casos, el hábito es un comportamiento compulsivo que requiere una atención profesional.

La onicofagia también puede presentarse junto a otros comportamientos repetitivos centrados en el cuerpo (BFRB), como arrancarse el pelo o pellizcarse la piel. Esta necesidad de morderse las uñas puede generar un ciclo compulsivo que se intensifica con el tiempo, afectando la salud y el bienestar de la persona.

A nivel físico, las consecuencias de morderse las uñas son evidentes. Este hábito puede causar daños irreversibles en la forma de las uñas, además de aumentar el riesgo de infecciones bacterianas en la piel circundante.

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Otro de los problemas físicos es el daño que se puede generar en la salud bucal. Morderse las uñas a largo plazo puede provocar desgaste dental y problemas en las encías, afectando la alineación de los dientes.

Psicológicamente, la onicofagia puede empeorar la ansiedad y el estrés, creando un círculo vicioso. La incomodidad y la vergüenza por la apariencia de las manos pueden llevar a una baja autoestima y reforzar la sensación de impotencia.

Si bien la onicofagia puede comenzar como una respuesta al estrés, si no se controla, puede tener un impacto significativo en la salud física y mental. Por esta razón, es importante reconocer el problema y buscar la ayuda necesaria para romper el hábito.

Hay varias estrategias que se pueden usar para dejar de morderse las uñas, como mantenerlas cortas, usar esmaltes de sabor amargo o encontrar sustitutos para mantener las manos ocupadas. Para los casos más graves, la terapia cognitivo-conductual y la ayuda de un especialista pueden ser muy útiles.

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