21 oct 2025 , 19:33

La historia de Yuli Vargas: una infección marcó el inicio de su lucha médica y reveló un diagnóstico de lupus

La historia de Yuli conmovió a los usuarios de redes sociales, pero expertos aclaran que enfermedades como el lupus no guardan relación directa con infecciones alimentarias como la salmonella o la fiebre tifoidea.

   

Yuli Vargas, una joven ecuatoriana de 27 años, compartió con En Contacto la dura experiencia que vivió tras presentar una serie de complicaciones médicas que pusieron en riesgo su vida.

Según relató, antes del incidente era una persona activa y saludable. Tras comer sushi en un restaurante local, comenzó a sentirse mal. Los síntomas iniciales, malestar general y fiebre, se agravaron rápidamente, y fue diagnosticada con salmonelosis y fiebre tifoidea, dos infecciones que pueden transmitirse por alimentos contaminados o mal manipulados.

La joven desarrolló posteriormente una pancreatitis aguda, que requirió cirugía de alto riesgo, y horas después sufrió un accidente cerebrovascular (ACV). Durante su hospitalización, los médicos le diagnosticaron lupus eritematoso sistémico (LES), una enfermedad autoinmune compleja que afecta órganos y tejidos del cuerpo.

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El lupus y las infecciones: lo que dice la ciencia

Especialistas señalan que no existe evidencia que vincule el consumo de sushi, ni la salmonella ni la fiebre tifoidea, con el desarrollo de lupus.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS) en Estados Unidos, el lupus es una enfermedad autoinmune multifactorial, en la que intervienen factores genéticos, hormonales y ambientales, pero no se transmite ni se origina por una infección alimentaria, según National Institutes of Health (NIAMS)

Al contrario, algunos estudios médicos indican que las personas con lupus pueden ser más propensas a infecciones bacterianas como la salmonella, debido al debilitamiento de su sistema inmunitario o al uso de medicamentos inmunosupresores, informa una publicación de National Library of Medicine.

Es decir, no hay evidencia de que una intoxicación o infección bacteriana cause lupus, aunque en casos excepcionales una infección grave puede actuar como detonante en personas genéticamente predispuestas.

Cuando se dice que una infección puede iniciar el lupus o provocar una recaída, no significa que la infección cause lupus desde cero. Significa que:

  • Una persona ya tenía predisposición genética o autoinmunitaria al lupus, aunque aún no hubiera manifestado síntomas.
  • Una infección fuerte (como salmonella, influenza, COVID, etc.) puede actuar como detonante, activando el sistema inmunitario de manera anormal y acelerando la aparición de los primeros signos clínicos.
  • En quienes ya tienen lupus diagnosticado, una infección puede provocar una recaída o “brote”, porque su sistema inmunitario está alterado o inmunosuprimido por los tratamientos.
  • Una recuperación lenta, pero esperanzadora

    Yuli permaneció 23 días hospitalizada, varios de ellos en la unidad de cuidados intensivos. Actualmente continúa su recuperación en casa, enfrenta secuelas físicas y emocionales y necesita medicamentos, terapias y el apoyo de su familia.

    A través de sus redes sociales, ha impulsado la campaña #JuntosPorYuli, que busca apoyo económico para cubrir los gastos médicos.

    En su testimonio, envió un mensaje de reflexión:

    “A los restaurantes les recomiendo que tengan todo en regla y cumplan con las normas de higiene. A las personas, que valoren su vida, porque puede cambiar en un instante”.

    La importancia de la inocuidad alimentaria

    Aunque el lupus y la salmonella no guardan relación directa, los médicos recomiendan mantener hábitos seguros de alimentación: consumir alimentos crudos únicamente en lugares certificados, verificar su correcta refrigeración y evitar la contaminación cruzada.

    El Ministerio de Salud Pública del Ecuador y la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos depende principalmente de la higiene en la preparación, manipulación y conservación de los productos.

    El caso de Yuli recuerda la importancia de atender rápidamente cualquier síntoma tras consumir alimentos crudos y, al mismo tiempo, de no asociar equivocadamente infecciones alimentarias con enfermedades autoinmunes como el lupus.

    Su historia es una de resiliencia, y también una oportunidad para hablar con claridad sobre salud, prevención y empatía.

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