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La aplicación de rellenos dérmicos puede ocasionar, en casos muy raros, la pérdida total de visión. La causa más grave es la oclusión de arterias retinianas por inyección involuntaria.
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En la imagen se ve a una mujer sometiéndose a un tratamiento de rellenos faciales. ( )
La pérdida de visión después de aplicaciones estéticas es una complicación muy rara, pero reportada en la literatura médica como un efecto devastador resultante de la oclusión vascular iatrogénica, según cita PubMed Central.
Un estudio reciente indicó que la pérdida aguda de visión puede presentarse hasta en 0,0008 % de los procedimientos con rellenos faciales.
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La teoría más aceptada es el embolismo retrógrado: el material inyectado entra en un vaso sanguíneo y se dirige hacia la arteria oftálmica o la arteria central de la retina, bloqueando el flujo y provocando isquemia ocular. Esto ocurre especialmente cuando se aplican rellenos cerca de la nariz, frente o glabela.
Tipos de rellenos involucrados
Aunque los rellenos de ácido hialurónico son los más utilizados, otros como la grasa autóloga, hidroxiapatita de calcio u otros materiales también han sido asociados con eventos de ceguera, según revisión sistemática, publica Scientific Reports
Los pacientes afectados presentan de forma rápida: pérdida visual súbita, párpado caído (ptosis), oftalmoplejía (parálisis ocular), dolor, palidez o necrosis cutánea en la zona tratada.
Se han utilizado hialuronidasa retrobulbar, oxigenoterapia hiperbárica y terapias dirigidas a restaurar la perfusión. La intervención temprana es clave, según revisiones recientes sobre manejo de esta complicación.
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Entre los consejos más recomendados se hallan: inyectar muy lentamente y en volúmenes pequeños, conocer con precisión la anatomía vascular facial, realizar aspiración antes de inyectar y, en zonas de alto riesgo, optar por cánulas en lugar de agujas, informa Frontiers in Ophthalmology.
Aunque la ceguera por rellenos faciales es una complicación extremadamente poco frecuente, puede ser irreversible. Su prevención depende del profesional: formación adecuada, técnica correcta y respuesta rápida ante síntomas. La detección e intervención tempranas son vitales para intentar preservar la visión.
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