13 jun 2025 , 06:14

Tu cuerpo te habla: 7 síntomas silenciosos de ansiedad que podrías estar ignorando

Más allá de los ataques de pánico y la preocupación constante, la ansiedad puede manifestarse a través de señales físicas sutiles que muchas veces se confunden con otros problemas de salud.

   

La ansiedad no siempre se presenta con taquicardia, hiperventilación o pensamientos obsesivos. En muchos casos, se esconde bajo síntomas físicos aparentemente inofensivos que pueden pasar desapercibidos o atribuirse al estrés cotidiano. Según la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA), el cuerpo suele ser el primero en alertarnos de que algo no está bien.

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Aquí te compartimos 7 síntomas silenciosos de ansiedad que podrías estar ignorando:

  • Tensión muscular persistente: Como dolores en la espalda, cuello o mandíbula que no desaparecen, incluso en reposo, pueden ser un reflejo de ansiedad acumulada.
  • Problemas digestivos recurrentes: La ansiedad impacta directamente en el sistema digestivo., con náuseas, diarrea, hinchazón o dolor abdominal sin causa médica clara pueden ser señales de alarma.
  • Fatiga constante sin razón aparente: Ya que sentirse exhausto todo el tiempo, incluso después de dormir bien, puede deberse al gasto energético que implica estar en estado de alerta o preocupación crónica.
  • Insomnio o despertares nocturnos: La mente ansiosa no descansa fácilmente, tienden a tener dificultad para conciliar el sueño, despertarse a mitad de la noche o tener pensamientos acelerados al acostarse son síntomas comunes.
  • Palpitaciones y presión en el pecho: Aunque a veces se asocian con problemas cardíacos, estas sensaciones pueden ser respuestas del sistema nervioso autónomo a niveles altos de ansiedad.
  • Problemas de concentración: Conocido como brain fog, este síntoma dificulta el enfoque y la memoria, la ansiedad desvía recursos mentales hacia la vigilancia constante, dejando menos capacidad para tareas cotidianas.
  • Irritabilidad o cambios de humor repentinosLa tensión interna se puede traducir en reacciones desproporcionadas, enojo fácil o sensibilidad extrema, incluso frente a estímulos mínimos.
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    Los especialistas subrayan que estos síntomas no deben tomarse a la ligera, especialmente si se presentan de forma recurrente, ya que la ansiedad es una condición tratable, pero suele empeorar si no se aborda.

    La psicoterapia, el ejercicio regular, técnicas de respiración y, en algunos casos, tratamiento médico, pueden marcar una gran diferencia. Escuchar al cuerpo es el primer paso para recuperar el equilibrio.

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