¿Por qué algunas personas engañan aunque dicen estar enamoradas?

La idea de que alguien pueda ser infiel a pesar de amar a su pareja es una de las contradicciones más dolorosas y confusas en las relaciones interpersonales. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, es una situación más común de lo que se cree.

Los expertos señalan que la infidelidad no siempre indica una ausencia de amor, sino que a menudo responde a una compleja mezcla de problemas personales, tanto dentro de la relación como fuera de la misma.

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Las raíces de la infidelidad están en la propia persona y no tanto en la pareja. Una baja autoestima, por ejemplo, puede llevar a alguien a buscar la validación y el sentirse deseado en una tercera persona para reforzar su valor propio.

Otras motivaciones incluyen la búsqueda de novedad para romper con la monotonía, una personalidad impulsiva, o estar atravesando una crisis personal que empuja a buscar emociones intensas.

También existen factores situacionales, que no deben subestimarse. A veces, la infidelidad no es algo planeado, sino que surge de una oportunidad que se presenta en un momento de vulnerabilidad de la persona.

Viajes de trabajo, pasar mucho tiempo con alguien o incluso tener un círculo de amigos donde la infidelidad es vista como algo normal, son circunstancias que pueden facilitar que una persona cruce la línea, incluso sintiendo amor por su pareja estable.

Estas no son excusas para ser infiel, pero si explica y da una respuesta psicológica a estos sucesos. No es culpa tuya, y lo ideal también es no culpar a la otra persona, no guardar resentimientos, y siempre procurar tu propia paz mental.

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