09 may 2025 , 15:01

¿Duermes con la TV encendida? Esto dice la psicología sobre ti

Dormir con la televisión encendida es un hábito común para muchas personas, y según la psicología, puede estar relacionado con ciertos rasgos de personalidad o necesidades emocionales.

Persona dormida frente al Televisor ( Foto Internet )

Fuente:

propia

Redacción

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Conazca los rasgos emocionales y conductuales más comunes en quienes necesitan ruido o luz para conciliar el sueño.

Aquí te dejamos ocho comportamientos o características entre quienes necesitan la TV encendida para dormir:

1. Miedo al silencio o a la soledad: El ruido de fondo les ayuda a sentirse acompañados y a evitar pensamientos intrusivos que aparecen en la quietud.

2. Ansiedad o pensamientos acelerados: Ver televisión les proporciona una distracción que les impide quedarse atrapados en pensamientos ansiosos antes de dormir.

3. Dificultad para regular rutinas de sueño: A menudo no tienen horarios de sueño constantes, y usar la TV les ayuda a relajarse y preparar su mente para dormir.

4. Apego a la estimulación constante: Son personas que suelen estar acostumbradas a tener siempre estímulos (música, redes sociales, conversaciones), incluso en momentos de descanso.

5. Asociación emocional con la televisión: Tal vez crecieron durmiéndose con la TV encendida y ahora eso les genera una sensación de seguridad y familiaridad.

6. Evitan enfrentar emociones difíciles: La televisión puede funcionar como una forma de evitar pensar en emociones o problemas no resueltos durante el día.

7. Tendencia al insomnio leve o crónico: Usan el ruido blanco o las voces de la televisión como una herramienta para conciliar el sueño más fácilmente.

8. Personalidad dependiente o necesidad de control externo: Pueden buscar fuentes externas para sentirse en paz o protegidos, como la luz y el sonido de una TV encendida.

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Consejo psicológico:

Dormir con la televisión encendida puede interferir con la calidad del sueño, incluso si ayuda a conciliarlo.

Una mejor alternativa es usar sonidos relajantes o audiolibros con temporizador. Esto mantiene la mente ocupada sin exponer al cerebro a la luz azul ni a estímulos visuales que afectan el descanso.