Una hierba elimina los parásitos, protege la vesícula y es antioxidante, ¿cómo se debe consumir?

Para nadie es un secreto que las bondades de la naturaleza son nulamente aprovechadas por los seres humanos. Una de las plantas más beneficiosas para la salud es la Corona de Cristo, a la que también se la conoce como Chaparro amargo, Castela texana o Hierba del Perro.

Se trata de un arbusto espinoso que cuenta con una gran capacidad antioxidante, además de ser antimicrobiana y controlar la aparición de parásitos en el cuerpo humano.

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Otros de sus beneficios son que es astringente (beneficia la digestión), evita erupciones de la piel, alivia problemas como la colitis y la diarrea. Por otro lado, mejora el apetito, incrementa la visión y protege la vesícula biliar.

La indicación, recogida de un artículo publicado por la Universidad de Texas, es realizar un té amargo con las ramas cocidas de una planta apta para el consumo humano. Otra alternativa es remojar las ramas en agua. Puede conseguirse también gotas industrializadas y cápsulas con polvo de la hierba.

Pese a todo, se recomienda evitar el consumo de la Corona de Cristo durante el embarazo y la lactancia, si se presenta enfermedades hepáticas o durante el tratamiento con medicación antiparasitaria.

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Además, no debe tomarse durante más de 20 días seguidos, debido a que su uso prolongado puede afectar a los glóbulos rojos, aumentar el riesgo de una congestión venosa o que los riñones y el hígado se inflamen.