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Un robot logra la mayor precisión para las cirugías de pérdida de peso, en el hospital Carlos Andrade Marín
Su uso está reservado para pacientes que, por su extrema obesidad, han desarrollado diabetes, hipertensión y otras enfermedades.
Por primera vez, un hospital público en el país realiza cirugías para reducción de peso con un robot de alta precisión. El hospital Carlos Andrade Marín, en Quito, incorporó el brazo robótico Da Vinci X-I.
Su uso está reservado para pacientes que, por su extrema obesidad, han desarrollado diabetes, hipertensión, problemas renales, hepáticos o trastornos de sueño. No es para procedimientos estéticos.
Los médicos dirigen el robot desde una consola, ejecuta movimientos precisos porque corrige el temblor de la mano. Reduce el tamaño de las incisiones, lo que se traduce en menos pérdida de sangre, reducción de riesgos de infección y una recuperación más rápida.
Rocío Quisiguiña, directora clínica de obesidad HCAM, indicó:
“El cirujano, desde la consola, va a trabajar y a llegar más fácilmente a los sitios que son más poco amigables cuando estoy haciendo laparoscopia. Se sutura, se cose, se corta, se repara, pero el que hace todo es el cirujano”.
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La precisión de este robot permite hacer otro tipo de intervención quirúrgica, relacionada con la obesidad: las cirugías previsionales.
Al hospital Carlos Andrade Marín llegan pacientes con problemas de cirugías bariátricas mal ejecutadas o que desarrollaron efectos secundarios. Como ganar peso, reflujo, ardor crónico en el pecho y tos, mareos y vómitos constantes.
Incluso puede revertir la cirugía de by pass gástrico en caso de que la vida del paciente corra peligro.
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El brazo robótico Da Vinci llegó en diciembre de 2024 y es de última generación, se utiliza para procedimientos laparoscópicos en otras especialidades.
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