Juicio caso Las Malvinas| Experta describe el informe de autopsia de los cuatro menores

La mañana del jueves 6 de noviembre de 2025 se instaló el segundo día de la audiencia del juicio en el caso Las Malvinas, en Guayaquil. Luego de superar un percance por una falsa amenaza de bomba, la Fiscalía continuó con la presentación de sus testigos.

Uno de ellos, es la médico legista que realizó la autopsia de los cuatro menores de edad de Las Malvinas. La especialista indicó que estaban carbonizados, no tenían órganos y se corroboró heridas de arma de fuego en la cabeza de las víctimas.

En este caso, 17 militares están procesados por la desaparición forzada de Josué, Ismael, Nehemías y Steven en diciembre de 2024. Los cuatro menores salieron de una práctica de futbol cuando fueron interceptados por la patrulla de la FAE, que posteriormente los llevó a la parroquia de Taura, en Naranjal, donde fueron vistos con vida por última vez. Aquí el minuto a minuto.

Revise: Las hermanas que ingresaron con USD 2.1 millones a Ecuador fueron absueltas.

Desde las 17:30 aproximadamente, la doctora Adriana Rodríguez, especialista en Derechos Humanos, relató el informe que realizó sobre la desaparición forzada de los menores. La jurista relató que su informe -basado en las dos reconstrucciones de hechos que se realizaron- exponen que existió la desaparición forzada de Josué, Ismael, Nehemías y Steven.

Luego de su testimonio, los abogados de los militares procedieron a realizar preguntas. Esta fase ha causado controversia y malestar por parte de un juez del Tribunal, del fiscal y de los abogados de los padres de los menores.

Según ellos, se han realizado preguntas circulares, subjetivas y repetitivas, por lo que han objetado algunas. Incluso uno de los juristas preguntó a la especialista que "¿si los menores no hubiera muerto, se constituiría una desaparición forzada?". También defendieron que los chicos solo habrían estado dos horas bajo custodia militar.

Por su parte, la doctora Rodríguez dijo que según el derecho Internacional y las leyes ecuatorianas, los menores estuvieron bajo custodia estatal y que no se realizó el procedimiento respectivo, que era trasladar a los menores a una Unidad Policial y notificar la aprehensión.

Hasta las 20:00, continuaban con las inquietudes. En este tiempo, el Presidente del Tribunal ha reclamado por la falta de respeto, preguntas repetitivas.

Ante la ausencia de un testigo, la Fiscalía continuó con la presentación de pruebas y dio paso a una experta en medicina legal, que realizó la autopsia de los cuerpos de los cuatro menores de edad.

Los restos fueron hallados en un manglar de Taura, en el sector Casas de Zinc. La especialista detalló que el cadáver de Ismael A. tenía fracturas en el cráneo. De acuerdo al análisis, se determinó que fueron causas por arma de fuego.

Puntualizó que estaba carbonizado. Y que ante la falta de órganos -producto de la descomposición- no se pudo determinar si la víctima estuvo expuesta al fuego pre o post mortem.

La doctora detalló que el cuerpo de Nehemías Arboleda también tenía señales de herida de arma de fuego y golpes. Además de lesiones en una clavícula, ausencia de órganos y estaba carbonizado.

Según la doctora, una de las heridas en la parte frontal del cráneo de Nehemías fue en vida, de acuerdo a los estudios y una marca de sangre que quedó en los restos. Puntualizó que debe ser la Fiscalía la que determine con los informes y las otras pruebas, si hubo tortura hacia los menores.

El siguiente informe fue el de Josué Arroyo, cuyos restos estaban parcialmente carbonizados y en descomposición, en una etapa ósea. Según la doctora, tenía una fractura en la escápula y herida de un disparo. La carbonización habría sido luego de la muerte.

De Steven Medina se encontraron fragmentos óseos de las extremidades inferiores y otras piezas anatómicas. Estaba parcialmente carbonizado en etapa de esqueletización, dijo la especialista.

Indicó que su cráneo estaba reducido producto de la exposición al fuego. La doctora también describió una fisura de unos ocho centímetros, pero que no se pudo determinar cómo ocurrió por las condiciones de los restos.

Steven además tenía una lesión por arma de fuego en la cabeza, pero no atravesó el cráneo, según el análisis forense. Tampoco se pudo observar órganos debido a la descomposición y carbonización.

Los padres de los cuatro menores de edad pagaron USD 300. Depositaron el dinero en un cajero de un centro comercial del sur de Guayaquil, así lo confirmó el agente de la Unase que es parte de los testigos de la Fiscalía.

El uniformado indicó que los padres habían publicado la desaparición de sus cuatro hijos y un número de teléfono. Por eso, alguien los llamó asegurando que tenía a los chicos y pedía dinero a cambio.

"Nosotros nunca recomendamos un pago. Se advirtió que no había pruebas de vida de que esa persona tenga a los menores", dijo. El agente señaló que luego del depósito, la persona que llamó a los padres los bloqueó y nunca más apareció.

Una hora duró el receso otorgado por el Tribunal Penal durante el juicio. La diligencia se retomó a las 13:30 y la Fiscalía llamó a rendir su testimonio a un teniente de la Unase para que detalle las primeras acciones que se realizaron tras la alerta de desaparición de los menores.

El caso primero se abordó como un presunto secuestro. El uniformado indicó que en la mañana recibió la denuncia y se activaron los protocolos respectivos. Dijo que se hicieron algunas búsquedas en la zona de Taura y se allanaron unos inmuebles, pero no encontraron nada.

También confirmó que el teniente coronel de la FAE Juan Fernando I., lo llamó para que vaya a la base aérea. En la oficina -según su relato- le entregó las prendas de vestir que habrían sido de los cuatro menores de edad. El uniformado comentó que se comunicaron con el testigo Luis T., que prestó el celular a los chicos y los vio por última vez.

Luego de cada intervención, la defensa de los militares ha realizado preguntas.

Luego de que la Policía descartó la amenaza de bomba, se retomó la audiencia de juicio. La Fiscalía continuó con la presentación de sus testigos. Uno de ellos es el padre de los hermanos Josué e Ismael.

Luis A. contó que recibió una llamada la noche del 8 de diciembre de 2024. Un señor le dijo que sus hijos estaban en Taura y que vaya a verlos rápido antes que la mafia se los lleve.

Dijo que se comunicaron con el ECU 911 para notificar lo sucedido y que acuda la Policía. También habló con uno de sus hijos, que le mencionó que estaban desnudos, golpeados y que los ayuden. Cuando los uniformados llegaron, los cuatro menores no estaban.

El padre se comunicó con el hombre que los llamó y les envió una ubicación del sitio donde estaban sus hijos. Esta persona, según su relato, le dijo que "era un sabido, que así quieres a tus hijos y que unas 10 motos se los llevaron".

Lea más: Fiscalía reformula cargos contra policías que vendieron balas a grupos criminales y tendrían una pena menor.