En Ecuador, la salud mental de los niños que presencian ataques criminales puede verse afectada

Un ataque que ocurrió en la Cooperativa Pájaro Azul, en el norte de Guayaquil, se viralizó en las redes sociales y generó preocupación sobre los efectos que puede ocasionar la violencia en niños.

En la noche del lunes 7 de agosto, un hombre y su hija caminaban fuera de su casa, sin embargo, dos delincuentes amenazaron para que entregue su celular. Lo golpearon en la cabeza y uno de ellos le propinó un tiro en la pierna izquierda.

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La salud mental de menores como ella, que fueron testigos de ataques criminales, puede ser afectada por estrés postraumático, según explica la psicóloga y docente de la Universidad Católica (UCSG), Ginger Ruiz.

"No te podría decir que todos los niños van a presentar los mismos comportamientos, porque eso sería estandarizar, debido a que cada uno vive el trauma de manera singular", señala la experta.

Pese a la ausencia de un registro oficial de los niños y adolescentes afectados por la violencia criminal en Guayaquil, los menores siguen siendo testigos de asesinatos.

Un ejemplo de esto es lo que ocurrió el domingo en Bastión Popular donde una niña de 7 años fue víctima colateral en medio de una balacera, o como otro menor de 7 años que vio cómo mataron a su padrastro en agosto del 2021.

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La especialista agrega que los niños que sobreviven a estos ataques, pero ven morir a sus familiares, crecen con trastornos en su conducta y depresión.

La recomendación es que las familias acudan a un especialista para tratar a tiempo las secuelas en la salud mental.