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Quito | Un joven cobró USD 400 para robarle el auto al taxista Luis Ortiz Imbaquingo, a quien le quitó la vida
El ahora sentenciado estaba en el colegio y en días previos a rendir exámenes cuando cometió el delito. Su hermano menor y dos amigos también se encuentran aislados por el caso. Pese a que confesaron el crimen, el cuerpo del taxista aún no es hallado.
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Imagen del afiche de Luis Alejandro Ortiz.( )
La Fiscalía logró este 16 de julio del 2025 que Christian David S. J., un joven de 18 años, sea el cuarto sentenciado por la desaparición involuntaria del taxista informal Luis Alejandro Ortiz Imbaquingo.
Al cumplir la mayoría de edad, recibió una sentencia de 17 años y cuatro meses de cárcel. Además, deberá pagar USD 10 000 como reparación integral a los familiares de la víctima. La Fiscalía indicó que dicha familia vive en situación de extrema pobreza, con un hijo con discapacidad intelectual del 90 % y perteneciente a una comunidad indígena del norte de Ecuador.
Christian David S. J. confesó que el taxista fue asesinado y arrojado al río Guayllabamba, cerca de la Central Hidroeléctrica Manduriacu. Las autoridades siguen en la búsqueda del cuerpo, aún sin resultados.
Los otros tres sentenciados son menores de edad y recibieron condena en octubre 2024. Este es el detalle:
La víctima hizo una carrera a los jóvenes
La Fiscalía detalló toda la investigación que realizó hasta la sentencia de los menores de edad y el joven. Indicó que los cuatro fueron reclutados por la organización delictiva Los Lobos.
Un privado de la libertad contrató a Christian David S. J. para robar un taxi. El joven pidió USD 400.
Con el trato acordado, la noche del 3 de agosto del 2024 los cuatro implicados solicitaron una carrera a través de una plataforma digital desde La Carolina hasta Calderón, extremo norte de Quito. Durante el trayecto, sometieron al conductor, lo obligaron a transferir USD 96 desde su teléfono a la cuenta de Christian David S. J. y borraron las aplicaciones del dispositivo.
"Luego lo hirieron con un cuchillo, lo envolvieron en una cobija y, mientras bebían cerveza, tomaron fotografías y videos para enviarlos a su contacto en prisión, al que llamaban 'jefe'. Posteriormente, abandonaron el cuerpo y se ocultaron con el vehículo en un hostal", relató Fiscalía.
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El joven estaba en el colegio cuando cometió el crimen
La mañana del 4 de agosto, el hermano del taxista denunció su desaparición al no tener noticias de su pariente y al notar la transferencia bancaria inusual.
Ese mismo día, Fiscalía ubicó el celular de la víctima en Pomasqui, mientras los implicados coordinaban la entrega del vehículo robado y pedían dinero a su contacto para pagar el hospedaje. Tras recibir el pago, Christian David S. J. escribió que se iba a “guardar un rato” y que no trabajaría al día siguiente porque tenía exámenes en el colegio.
Las autoridades siguieron su rastro y fotografiaron su casa con un dron. Fotografió el aparato y lo envió a su contacto en prisión, quien le advirtió: “Borra toda la evidencia”.
Cuando los agentes llegaron, Christian David S. J. ofreció colaborar y confesó lo sucedido. Entregó las direcciones de los otros adolescentes implicados y el teléfono donde guardaba fotos y videos de los hechos.
Días después, el vehículo fue recuperado en El Arenal, tras ser utilizado para otros delitos en Quito.
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