07 nov 2022 , 13:51

Luis Montenegro: "A mi hija desaparecida la he buscado en las aguas del Machángara"

El paradero de la docente quiteña Michelle Montenegro es desconocido desde 5 de junio del 2018

La maestra Michelle Montenegro desapareció el 5 de junio del 2018 tras salir de su vivienda ubicada en el sector de La Armenia 2, vía al valle de Los Chillos, oriente del Distrito Metropolitano de Quito.

Lo último que se supo de ella es que unas personas la vieron caminando cerca del puente antiguo de Guápulo, a pocos metros sobre el río Machángara. Ese día, ella vestía jeans oscuros, blusa verde oscura y zapatos del mismo color.

La familia de la joven ha realizado varias búsquedas por su cuenta en el río Machángara que no han dado resultados. Su padre, Luis Fernando Montenegro, asegura que no descansará hasta localizarla.

A continuación su testimonio:

“La vida de mi familia ha cambiado para siempre tras la desaparición. Siento como si nos hubiéramos desunido. Ahora solamente los parientes más allegados nos acompañan, nos sentimos quebrados emocionalmente por todo lo que ha sucedido.

Me he dedicado de lleno a las búsquedas e incluso vendí el camión en el que trabajaba. Antes hacía fletes y recorría varias ciudades del país para llevar el sustento a mi hogar. Por ejemplo, me iba con frecuencia a Manabí para cargar féretros. Me encargaban mudanzas y de eso subsistíamos, pero ahora todo cambió.

En la casa sobrevivimos del negocio de mi esposa, quien se dedica a brindar servicios de contabilidad. También me ayudan mis otros hijos mientras yo me dedico al 100% a seguir el caso de Michelle. De hecho, he recorrido varias provincias el país para pegar pancartas con su imagen en hospitales, postes de alumbrado público, unidades de Policía Comunitaria, tiendas, etc.

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La he rastreado por mi cuenta en las aguas Machángara. Lo hice junto a mi hijo y los compañeros de Michelle luego de que las autoridades no lo hicieran porque se trata de un río muy contaminado. Me dijeron que si alguien mantiene contacto con esas aguas puede contraer alguna enfermedad y podría afectar su salud.

La verdad es que yo he ingresado al Machángara en varias ocasiones para buscar el cuerpo de Michelle, abajo del puente antiguo de Guápulo en donde se la vio por última vez. Ingresamos con botas de caucho y palos. Caminamos entre las piedras y recorrimos los bordes y orillas del río, pero nada hemos encontrado.

También nos fuimos a otra zona cerca de Cumbayá e hicimos lo mismo. No me importa que el río sea contaminado. Para un padre no hay límites con tal de encontrar a su hija. Uno se puede hasta ofrendar la vida por ella.

Como parte de las investigaciones, pido a las autoridades que realicen una pericia de perspectiva y proyección para conocer cómo habría caído Michelle al río y qué dirección tomó su cuerpo. Es la solicitud que hacemos en Fiscalía, pero no hemos obtenido respuestas.

Han pasado cuatro años y la hemos buscado incluso en la represa de Cumbayá y Manduriacu en Ibarra. Me dijeron que los cuerpos llegan hasta esos puntos, arrastrados por la fuerza del agua, y como ha transcurrido tanto tiempo es posible que se encuentre allá.

Lamentablemente, eso no dio resultados".

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