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El Consejo de la Judicatura es otra de las piezas de la crisis judicial
La designación del organismo definitivo se ha retrasado a propósito, con evidentes maniobras, a puertas de una nueva declaratoria de emergencia en la justicia.
El Consejo de la Judicatura debería ser la piedra angular del sistema de justicia, pero acarrea una historia de injerencia política, corrupción y gestión fracasada que explica parte de la crisis actual.
El capítulo más obscuro fue el de Wilman Terán. En 2023 llegó a la presidencia del organismo gracias a la Corte Nacional que lo nominó y al Consejo de Participación que lo designó.
Ahora está preso en la Cárcel la Roca y tiene tres sentencias: por ser parte de la red del narcotraficante Leandro Norero en el caso Metástasis, por obstrucción de la justicia y por asociación ilícita en el fallido concurso de jueces nacionales. Sus condenas suman 25 años de cárcel.
Lo que esto reveló es que hasta los jueces de las altas cortes estaban comprados por la delincuencia organizada y que los juzgadores del país no llegaban a sus cargos por méritos, experiencia y probidad, sino por maniobras ilegales ordenadas por el Presidente de la Judicatura.
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En lugar de Terán, se puso a Mario Godoy como un presidente de transición, para que retome las riendas del organismo, lo encause y en 6 meses entregue el cargo.
El tiempo se cumplió en enero, pero el proceso para elegir al Consejo de la Judicatura definitivo, en lugar de avanzar, retrocede.
La Asamblea, la Fiscalía, la Defensoría Pública y la Corte Nacional cumplieron y enviaron sus ternas, sin embargo, el presidente Daniel Noboa lleva 6 meses de retraso. Luego se dieron jugadas sospechosas y una a una se fueron cayendo las demás ternas.
El proceso se estancó por más de 6 meses, hasta que encontraron la forma de que el Consejo de Participación inhabilite a un candidato para que el presidente de la Corte Nacional, José Suing ponga a Godoy, pese a que antes dijo a la prensa que no era su candidato, finalmente lo puso en loa terna para que sea presidente del Consejo de la Judicatura.
“Yo no he escuchado ese nombre desde los compañeros”.
Ante la evidente manipulación del proceso, el juez nacional Marco Rodríguez, quien encabezaba la terna para presidente, renunció.
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Mientras crece la deuda de la Judicatura con el país. Así lucen las dependencias judiciales sin mantenimiento, la evaluación de jueces lleva ocho años de retraso y la de fiscales 14, la Corte Nacional solo tiene 10 de los 21 jueces y el concurso para llenar esas vacantes no se hará hasta que se posesione el nuevo Consejo.
La consigna, al parecer, es que Mario Godoy siga en la presidencia, declare la emergencia en la justicia para poner y quitar jueces bajo un régimen especial.
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