Rodrigo Borja: los momentos clave que lo consolidaron en la política del Ecuador

Rodrigo Borja fue un político de vocación, lo cual le llevó incluso a sacrificar momentos importantes con su familia, como fiestas de cumpleaños o bautizos, por seguir dándole fuerza a su partido, la Izquierda Democrática (ID), a finales de los años 60. "Estuve 12 años fuera de mi hogar porque me pasaba en Loja, el Oriente, Tulcán u otras provincias, formando las células de la organización, en los barrios populares", confesó en una entrevista publicada en Youtube con Claudia Arteaga.

En esos años, Borja tenía aproximadamente 35 años y trabajaba como catedrático universitario y abogado. Al final de la jornada laboral, los días viernes, salía en su vehículo Volvo junto a sus compañeros de la agrupación política y recorrían el país. Una vez, hicieron un viaje de 23 horas a Loja y en el trayecto pintaban, con soplete, sobre muros, fachadas y puentes de diferentes ciudades del país, el mensaje: "Izquierda Democrática, justicia social con libertad".

A raíz de esos momentos, su carrera y liderazgo político comenzaron a consolidarse y el mismo exmandatario ha reconocido que fue el partido masas con mayor presencia en la Sierra ecuatoriana. "Teníamos como 600 mil afiliados, regisrados en las computadoras, era un partido honesto y moderno. Todo se discutía en democracia".

Borja lo enfatizó recordando lo que fueron las primarias de 1988, al interior de la ID, cuando se buscaba elegir un candidato en las elecciones presidenciales de ese año. Ahí terciaba con Raúl Baca Carbo, otro de los referentes del partido naranja, quien obtuvo el 12% de los votos a nivel interno. Esto demostró el liderazgo de Borja de cara a los comicios de 1988 en los que se vieron las caras, en la segunda vuelta, con Abdalá Bucaram.

Para Washington Ortiz, uno de los representantes de la ID en Carchi, la democracia y participación colectiva eran los factores que más identificaban a Borja y una muestra de aquello fueron las primarias de la ID, antes de llegar a la Presidencia de la República. De hecho, fue la primera tienda política en hacerlo, en la historia del país, y ahora es un requisito indispensable en el Código de la Democracia.

"Nunca tuvimos capataces, sino líderes. Siempre se nos ecuchó a las bases", expresó Ortiz en una entrevista con ecuavisa.com.

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Se dedicó a hacer política durante 50 años y participó en cinco elecciones presidenciales. Sin embargo, su figura comenzó a aparecer cuando era muy joven, al inicio de los 60. De hecho, Vistazo recogió las aseveraciones del historiador Jorge Salvador Lara de esa época: "Junto con Armando Pareja Andrade (con Borja) eran los niños prodigio del liberalismo".

Fue parte del Partido Liberal Radical y ahí comenzó a dar los primeros pasos en la política. En 1962, tras cumplir 27 años, lo eligieron diputado del Congreso Nacional por Pichincha, cuando Carlos Julio Arosemena Monroy era primer mandatario. Con el golpe militar del 11 de julio de 1963, terminó su etapa como legislador, pero ya era visto como una de las caras nuevas de la política nacional.

Su camino a la Presidencia comenzó a forjarse en la ID cuando participó en los comicios de 1978. En esos comicios, Borja quedó en cuarto lugar en la primera vuelta con 165 258 votos. Jaime Roldós, quien a la postre ganó la Presidencia, sacó 381 215.

De ahí en adelante, el abogado quiteño era un referente político con miles de seguidores en territorio nacional. En las elecciones de 1984, ganó en primera vuelta frente a León Febres Cordero del Partido Social Cristiano (PSC), pero en la segunda se quedó con 1,2 millones de respaldos frente a los 1,3 millones de su contrincante. Finalmente, se proclamó presidente en 1988 frente a Abdalá Bucaram Ortiz del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE).

Ese fue el mejor momento de Borja y su tienda política porque también fueron mayoría en el Congreso Nacional con 29 escaños. Sin embargo, en 1990, perdió la mayoría en el Parlamento tras aliarse con la Democracia Popular (DP). De ahí en adelante, desde 1992, la ID no ha logrado recuperarse.

Participó en los comicios de 1998, pero quedó en tercer lugar en la primera vuelta con 619 581 votos. En los del 2002 quedó en cuarto puesto con 638 142. Tras esto, fue un crítico acérrimo a la gestión de Lucio Gutiérrez, quien cumplió al pie de la letra las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) no lo que ofreció en campaña de que no aplicaría las fórmulas económicas de ese organismo.

De manera constante, cuestionaba que Gutiérrez no estaba preparado para ocupar el cargo y que necesitaba asesorarse para dirigir al país. "Este hombre (Gutiérrez) se debate en medio de la más absoluta soledad, de la incompetencia, del desconcierto".

También fue crítico de Bucaram. En unas declaraciones en 2004, en una reunión de exmandatarios latinoamericanos, sugirió al presidente electo panameño de ese entonces, Martín Torrijos, que no otorgue asilo político a delincuentes comunes.

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Lo más destacado de su gestión, principalmente en política social:

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