Así usó el correísmo a la Ley de Comunicación para sancionar a periodistas y medios de comunicación
En papeles, la Ley buscaba"desarrollar, proteger y regular el ejercicio de los derechos de la comunicación". Pero en la práctica, se convirtió en una herramiento de sanción.
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Carlos Ochoa estuvo al frente de la Superintendencia de Comunicación. ( )
Xavier Lasso, asambleísta electo por la Revolución Ciudadana, trajo a colación el tema: reformar la Ley de Comunicación para evitar que los medios "hagan lo que les da la gana". Aunque la bancada del correísmo luego se deslindó de las declaraciones de Lasso, el asunto evocó el uso de ese cuerpo normativo hace más de una década
La Ley de Comunicación nació en el 2013. La Asamblea, por entonces, tenía 100 legisladores de la bancada de Alianza País (correísmo) de un total de 137 escaños. Así, el documento fue aprobado con facilidad bajo el mandato de Rafael Correa, en un momento de tensión entre la prensa y el Gobierno.
En papeles, la Ley buscaba, entre otros, "desarrollar, proteger y regular el ejercicio de los derechos de la comunicación". Pero en la práctica, se convirtió en una herramienta de sanción a periodistas y medios, motivo por el cual llegó a ser calificada como Ley Mordaza.
La Ley de Comunicación dio paso a la creación de la Superintendencia de Comunicación, que estuvo dirigida por el hombre afín al correísmo, Carlos Ochoa, quien fue destituido vía juicio político de la Asamblea y que además huyó del país en medio de un proceso penal en su contra por presunta falsificación ideológica de documento público.
Las caricaturas de Bonil
En este contexto, las publicaciones de la prensa pasaron a estar bajo la lupa del régimen, sobre todo cuando salpicaban a sus coidearios. Uno de los casos más recordados es del caricaturista Xavier Bonilla, conocido como Bonil, quien hizo un dibujo del exfutbolista Agustín Delgado, entonces legislador de Alianza País, después de que no pudiera leer un texto en una sesión del Parlamento.
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El trazo fue calificado por Delgado como "racista" y Bonil fue llevado ante la Superintendencia de Comunicación, en donde explicó que la caricatura buscaba reflejar cómo a la Asamblea llega gente sin preparación. Diario El Universo, diario para el que trabaja, se vio obligado a ofrecer disculpas públicas en febrero de 2015.
Un año antes, el mismo diario fue sancionado con USD 90 000 por otra caricatura de Bonil que molestó a Correa. El dibujo hacía referencia al allanamiento de la Policía y la Fiscalía a la casa de Fernando Villavicencio. La multa pecuniaria fue tumbada luego por un Tribunal Contencioso Administrativo.
Multas a radio deportiva
Dos periodistas de radio La Redonda que enfrentaron constantes multas fueron Luis Miguel Baldeón y Aurelio Dávila. Según la Supercom, los comunicadores usaban un lenguaje inadecuado en un horario familiar.
"Fuimos objetos de 12 multas. Hemos pagado como USD 40 000 a la Supercom”, indicó Dávila a Ecuavisa el 15 de mayo de 2018.
El medio para el que trabajaban llegó a descontarles de su salario para pagar las multas. Baldeón, en una ocasión, acudió en calzoncillos a una audiencia en la Supercom porque dijo que ya no tenía plata para pagar cada sanción pecuniaria.
Carlos Ochoa, juez y parte
El 14 de noviembre de 2017, la asambleísta de CREO, Lourdes Cuesta, criticó el trabajo de la Supercom en una entrevista matinal con el canal Teleamazonas.
Carlos Ochoa, titular de la Supercom, pidió una réplica. El medio le dio la oportunidad en el mismo espacio y hora, pero Ochoa se negó, quería que difundan un video suyo pregrabado.
Tras la negativa, Ocho actuó como juez y parte y sancionó a Teleamazonas con el pago del 10 % de los ingresos de los últimos tres meses del canal y a transmitir su video pregrabado. Esa acción fue tumbada luego con una acción de protección.
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El fin de la Supercom
Durante cinco años, la Supercom abrió 1 118 procesos administrativos, de los cuales 706 fueron sancionatorios. Y de esa cifra, 428 procesos fueron pecuniarios, en otras palabras, multas a los medios de comunicación. En total se recaudó unos USD 879 187.
El fin de la Supercom se dio en 2019, tras reformas a la Ley Comunicación, bajo el mandato de Lenín Moreno.
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