La Laguna de Colta es el hogar del pato andino de pico azul y otras 117 especies de aves

Pocas lagunas están tan a la mano como la de Colta en Chimborazo, bordea la Panamericana en pleno centro del cantón Colta. Es un gigantesco espejo de agua que luce como un lienzo pintado de tonalidades azules y verdes que se debilitan o intensifican dependiendo de la posición del sol.

Se extiende por 2.5 kilómetros, tiene forma triangular y bordes irregulares que, aunque no se distinguen desde el aire, forman canaletas. La laguna está rodeada de pequeñas lomas que se alargan cuando se reflejan en el agua, no es lo único que se proyecta, también las nubes, lo que la hace más pintoresca.

Se formó naturalmente a lo largo de miles de años. Los investigadores explican que inicialmente era una depresión en el terreno donde se acumulaba agua, posiblemente debido a la erosión o a la presencia de antiguos ríos. Con el paso del tiempo, esta depresión se convirtió en un lago y al crecer se transformó en lo que es hoy.

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A la laguna se la conoce también como Kulta Kucha que significa Laguna de pato en quichua porque está poblada de cientos de ellos.

Uno de lo más llamativo es el pato andino de pico azul, este color es distintivo en los machos, solo habita en lagunas de alta montaña, se caracteriza por su cuerpo compacto, cola rígida y plumaje castaño en los machos y marrón en las hembras.

En la laguna hay 117 especies de aves registradas por el Ministerio de Ambiente, un 40 % son nativas como el pato gargantilla, pone de seis a 10 huevos, la incubación dura 25 días.

Gran cantidad de aves anidan entre los pajonales, la época de apareamiento es entre junio y agosto que es cuando llueve con más frecuencia. Es un importante santuario para aves que llegan desde Canadá y otras desde el sur de Argentina, incluyendo patos, garzas, gorriones, mirlos, gaviotas y garcetas.

En el apareamiento las aves realizan rituales de cortejo y construcción de nidos para reproducirse. A las aves es común observarlas en bandadas, chapoteando y sumergiéndose ágilmente.

Hay otras especies como estas llamas y manadas de ovejas. Los pajonales son predominantes, desde el aire lucen como tersos pelajes, juegan un papel crucial en la recarga de agua y la regulación hidrológica. Reducen la erosión y contribuyen a la formación y sostenimiento de la laguna.

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Hay totoras, que son estas hierbas acuáticas que llegan a 4 metros de altura la mitad está sumergida, las comunidades indígenas las han usado para construir embarcaciones y artesanías, hay especies arbustivas como estas verónicas que florecen en la época seca y resiste a temperaturas mínimas, floripondios que tienen propiedad medicinales antiinflamatorias y cicatrizantes y árboles como estos alisos.

La comunidad hace una importante labor de conservación, sembraron árboles que son refugio de otras especies de aves y hacen su propio compostaje con los restos de hojas, césped, un abono natural para fertilizar platas y estos huertos de orquídeas, hay 40 tipos.

Y si se cuenta con suerte, desde la laguna, se puede observar al majestuoso Chimborazo.