26 sep 2025 , 09:10

Las historias de tres jóvenes que llevan la bandera del Ecuador

Emily, Francesca y María Verónica comparten historias de esfuerzo, disciplina y esperanza en medio de la adversidad.

   

Nacer y crecer en un sector violento no fue un obstáculo para Emily Mera. Al contrario, se convirtió en un motor para destacarse como la mejor estudiante y hoy portar con orgullo el pabellón nacional en la Unidad Educativa Camino al Nuevo Amanecer, en Monte Sinaí, una de las zonas más peligrosas de Guayaquil.

“Un poco vulnerada por el hecho de que cuando han habido ciertas situaciones en las que yo no podía asistir al colegio, mi madre y mi padre siempre han estado ahí para decirme que no me deje de caer”, indica Emily Mera, abanderada del pabellón nacional.

Emily asegura que ser abanderada significa orgullo, civismo y esperanza. Y ya piensa en su futuro: “Seguir así enorgulleciendo a mis padres y, pues, en el futuro me proyecto como una futura arquitecta urbanista o ingeniera civil”, comentó la estudiante.

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Su madre, Martha Méndez, ha sido su mayor soporte: “Toda la vida la he llevado y la he traído, nunca ha salido sola, nunca sale sola ni a la esquina de la casa, por la situación en la que estamos. Yo me siento muy bendecida con ella. Siempre le digo que la amo, siempre la estoy besando, siempre la estoy abrazando, porque me siento bendecida al tenerla como hija”, expresó emocionada.

La vocación de ayuda al prójimo, el compromiso y la disciplina son también las características de Francesca López, abanderada de la Unidad Educativa Bernardino Echeverría, ubicada en el norte de la urbe.

“Todo sacrificio tiene su recompensa, y puedes llegar a todo siempre y cuando te lo propongas. Puede ser que estudie leyes o ciencias políticas, porque siento que estoy llamada a ayudar a las personas en la medida de lo posible”, señala Francesca López.

Su tutora, Katherine Del Pezo, destaca la formación que reciben los estudiantes: “Lo más importante de Francesca, en sí, son sus habilidades, no solamente en lo académico, sino que también es una estudiante que promulga la unión, la solidaridad y el compañerismo”.

Para María Verónica Loma, en cambio, ser la abanderada del Ecuador es una recompensa al esfuerzo. Ella estudia en la Unidad Educativa Ciencia y Fe, ubicada en el sur de la ciudad, y durante sus años de estudio ha destacado en materias vinculadas a las ciencias exactas, como matemáticas y química.

“Gracias a mi fe en Dios, eso me ha levantado para poder seguir, caminar, y eso me ha dado muchas fuerzas para seguir estudiando, esforzarme más y ser constante”, comentó María Verónica Loma.

La perseverancia, la disciplina y el compromiso son los valores que unen a estas tres jóvenes. Emily, Francesca y María Verónica ven con esperanza el futuro del país y asumen el firme propósito de convertirse en profesionales que aporten a la sociedad.

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