En la reserva el Ángel, en Carchi, el más grande y devastador incendio duró cuatro días seguidos
A pesar del daño, el 90 % de los frailejones ha iniciado un lento proceso de regeneración... La flora comienza a brotar nuevamente, y ya se han documentado avistamientos de osos, lobos y pumas regresando a su hábitat.
Las montañas que ardieron hoy vuelven a cubrirse de verde en la reserva ecológica el Ángel. Aquí, a más de 3 000 metros, los frailejones resisten, entre tallos ennegrecidos y hojas secas, asoman nuevos brotes.
El año pasado tres incendios arrasaron 2 000 hectáreas de páramo, incluida la zona de amortiguamiento. Uno solo consumió 1 600 hectáreas en cuatro días. Pero donde el fuego dejó una estela de ceniza, ahora la vida comienza a abrirse paso: el 90 % de los frailejones afectados logró sobrevivir.
Esta planta andina, que en esta zona alcanza hasta siete metros, muestra su fuerza: muchas siguen en pie, verdes en la punta, aún vivas. Aunque otras siguen tumbadas o con hojas quemadas. Es la especie insigne de la reserva, cubre aproximadamente el 85 % de su superficie.
Su recuperación es lenta y ocurre sin intervención humana. El ecosistema es frágil, un paso en falso puede dañar un frailejón que apenas mide 10 centímetros.
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También otros muestran su reverdecer: arbustos como romerillo, achupalla, cortadera y zarcillejo reaparecen. Flores silvestres de tonos rojos y amarillos renacen entre raíces calcinadas y los pajonales comienzan a brotar incluso desde sus bases quemadas.
Y con la vegetación, regresan el agua y los animales. Las fuentes que se alimentan de la humedad retenida por los frailejones y almohadillas comienzan a fluir. El agua corre transparente hacia lagunas.
Al mismo tiempo, especies que habían huido, como cóndores, venados de cola blanca y osos, reaparecen. Guardabosques también han registrado nuevamente la presencia del lobo andino.
Más abajo, en las zonas donde el fuego fue más severo, murieron ranas, sapos, lagartijas y conejos. La fauna más pequeña no logró escapar.
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La reserva se extiende 16 541 hectáreas y tiene una función vital: abastecer de agua al 90% de la provincia del Carchi por eso su conservación es clave. En sectores como la Libertad y Comuna, la Esperanza, se conformaron brigadas comunitarias capacitadas para detectar y enfrentar incendios futuros.
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