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El testimonio de Guisseppe Escandón, quien perdió sus manos tras manipular camaretas, refuerza la advertencia de las autoridades sobre los riesgos del uso de explosivos artesanales, especialmente durante diciembre.
Guisseppe Escandón tiene 35 años y se define como el testimonio de que “de los errores se aprende". Se refiere al uso de la pirotecnia; pues él tenía 21 años ese 1 de enero del 2012, cuando jugaba con camaretas junto a sus amigos del suburbio de Guayaquil y perdió sus manos.
“Estábamos queriendo armar como algo mucho más fuerte y al momento que estábamos haciendo eso fue cuando estalló. La explosión provocó que las manos desaparecieran”, narró Guisseppe Escandón, víctima de pirotecnia.
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13 años han pasado ya desde ese episodio, nunca más ha vuelto a usar explosivos. Ahora trabaja en su taller de mecánica y pintura, ha adaptado sus herramientas a su actual condición, pero no se cansa de repetir este mensaje.
“Los niños están como que buscando las camaretas que no explotaron y así, entonces lo padres a veces no saben donde están sus hijos. Yo venía haciendo eso año a año y no había pasado nada hasta que ocurrió", añade Guisseppe Escandón, víctima de pirotecnia.
El Grupo de Intervención y Rescate, GIR, lidera desde hace 20 años una campaña preventiva: Pirotecnia no es un juego de niños, que se activa durante este mes por manipulaciones irresponsables de estos artefactos, cuyo alcance podría ser letal.
“20 gramos de pólvora es lo generalmente está constituida una camareta, y eso a su vez puede generarte una amputación o perdida de un dedo o de una mano", explica Carlos Saravia, jefe del equipo antiexplosivos GIR.
Según sus registros, las provincias con más casos de fabricaciones artesanales al margen de la ley son:
Parte de las últimas incautaciones se dieron en domicilios de Guayaquil y Durán, donde habían almacenados 18 mil camaretas, 2 700 volcanes, tumbacasas, chispeadores, químicos como azufre y salitre, además de carbón vegetal.
El Cuerpo de Bomberos en Quito se unió a la iniciativa mediante una campaña similar. Aunque detallan que en los últimos cinco años no han tenido registros de niños afectados por pirotecnia, el peligro persiste.
“En diciembre generalmente tenemos una media de entre 15 a 20 incendios estructurales durante todo el mes”, menciona Esteban Cárdenas, comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito.
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Las sanciones por elaborar o comercializar material pirotécnico sin la debida autorización, según el artículo 396 del COIP, tienen hasta un mes de prisión. La pirotecnia no es un juego y mucho menos un juego para niños.
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