Palma de cera bajo vigilancia: Ecuador intensifica controles ambientales

Quito, Ecuador. Durante los últimos dos años, se han decomisado 3.100 kilos de palma de cera en Ecuador, como parte de los operativos ejecutados en Semana Santa para proteger esta especie en peligro. El uso y comercialización de la palma de cera están prohibidos por la legislación ambiental del país, ya que figura en la lista roja de flora protegida.

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En 2023, el Ministerio de Ambiente y la Policía Nacional realizaron más de 250 controles a nivel nacional, que derivaron en el decomiso de más de 2.500 kilos de esta planta. En 2024, la cifra descendió considerablemente: se retuvieron 600 kilos en 221 operativos.

Los operativos se han concentrado en provincias donde crece esta especie, como Carchi, Imbabura, Chimborazo y Pichincha. Según las autoridades, Quito es la ciudad con mayor número de decomisos registrados.

La palma de cera no solo es vulnerable por su tala indiscriminada: también cumple un rol fundamental en el ecosistema andino. Tarda entre 80 y 100 años en alcanzar su madurez y sirve de refugio para especies como el perico cachetidorado, el loro orejiamarillo y el oso andino.

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El artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que la extracción de especies protegidas como la palma de cera es un delito ambiental. Las sanciones incluyen prisión de uno a tres años.

Alexander Bunci, de la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía, señaló que la aplicación de estas penas ha tenido un efecto disuasivo.

Para reducir el impacto ambiental, las autoridades recomiendan el uso de especies no protegidas como el laurel, la totora y otras plantas locales durante las celebraciones religiosas.