Dolarizacion: ¿cómo cuidarla? | La disciplina fiscal es el verdadero blindaje de la dolarización

Ecuador, como es conocido, no imprime dólares. Su economía se sostiene gracias al ingreso de divisas provenientes de exportaciones, remesas de ecuatorianos en el exterior y el turismo. Por eso, proteger la dolarización va mucho más allá de discursos, se requiere disciplina fiscal.

¿Qué significa eso? No gastar más de lo que se tiene, no endeudarse más allá de lo que se puede pagar. Mantener el equilibrio de las cuentas públicas implica rechazar el populismo, transparentar los números del Estado y asumir, como sociedad, que todo tiene un costo.

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Un ejemplo claro, los subsidios indiscriminados. En 2024, el subsidio a los combustibles representó un gasto de USD 3 200 millones. Muchos de estos recursos benefician a quienes no los necesitan.

Y no es el único caso, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) requiere cada año USD 3 000 millones, una carga insostenible sin reformas urgentes, como lo señala Francisco Briones, senior partner de Andersen Ecuador.

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El Estado debe gestionarse como una familia con su presupuesto. Si no hay orden en las finanzas, el dinero simplemente no alcanza. Actualmente, Ecuador sigue gastando por encima de sus ingresos.

Esto obliga al país a endeudarse dentro y fuera de sus fronteras. En 2025, los créditos cubrirán el 28,8 % del Presupuesto General del Estado. En contraste, en Colombia la necesidad de financiamiento externo representa menos del 2 %.

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A esto se suma que el gasto público, además de excesivo, no siempre es eficiente. Solo en salarios, el Estado destina USD 10 000 millones de al año. Por eso, abrir espacio al capital privado en sectores estratégicos dejó de ser una discusión ideológica, es una necesidad fiscal urgente.

La falta de disciplina fiscal genera retrasos en pagos a proveedores, gobiernos locales y otras obligaciones estatales. El 2024 cerró con un déficit de USD 3 107 millones.

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Sin cuentas equilibradas, sin gasto eficiente y sin inversión extranjera, la dolarización se debilita. Defender la dolarización no es una cuestión de normativas o buenas intenciones. Es una tarea que se concreta con decisiones firmes de quienes gobiernan.