Las mujeres de Afganistán crean clubes de lectura secretos

En Afganistán, donde los talibanes han impuesto severas restricciones a la educación y la vida pública de las mujeres, la resistencia ha encontrado un espacio inesperado, así como lo los clubes de lectura clandestinos.

La licenciada en Derecho Fahr Parsi, que es su nombre ficticio por motivos de seguridad, lidera uno de estos grupos. Tras el cierre de la biblioteca que fundó en Kabul en 2019, organizó con amigas una red de lectura secreta en WhatsApp y Telegram. Allí comparten archivos escaneados en PDF de libros prohibidos, comentan lecturas y cuando es posible, se prestan ejemplares físicos en la más estricta confidencialidad.

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“El simple hecho de almacenar estos libros es un peligro”, admite Parsi, según indica el medio El País. Sin embargo, ya son más de 300 las mujeres que participan en estas sesiones virtuales y presenciales, con títulos que van desde clásicos hasta novelas como Sinuhé, el egipcio.

Cada incorporación al grupo se revisa minuciosamente, por temor a infiltraciones de los servicios de inteligencia talibanes.

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La represión ha dejado huellas profundas ya que desde 2021 las niñas tienen prohibido asistir a la secundaria, las universidades cerraron sus puertas para mujeres y los talibanes confiscan libros que contradicen su ideología.

El movimiento también se expande desde el exilio. En Alemania, la activista Maryam Amwaj coordina círculos de lectura para niñas afganas, mientras en Reino Unido la investigadora Shahrbanu Haidari afirma que estos espacios son una forma de resistencia consciente contra la campaña de los talibanes para apoderarse de la mente de las niñas.

Aunque la atención internacional se ha desviado hacia otras crisis, estas mujeres siguen defendiendo su derecho a la educación en silencio, libro en mano.