Trump utilizó el brutal asesinato de una refugiada ucraniana para justificar su cruzada contra el crimen en EE. UU.
El presidente utiliza el trágico caso de Iryna Zarutska, apuñalada en un tren, para impulsar el despliegue de tropas federales en ciudades gobernadas por demócratas.
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Rueda de Prensa en la Casa Blanca de la Secretaria Karoline Leavitt donde habló sobre el asesinato de la refugiada ucraniana Iryna Zarutska por Decarlos Brown Jr.( )
El trágico asesinato de Iryna Zarutska, una joven refugiada ucraniana de 23 años, en un tren en Carolina del Norte, ha conmocionado a Estados Unidos. El brutal ataque, perpetrado el pasado 22 de agosto, ganó notoriedad nacional luego de que las autoridades hicieran público un video de vigilancia. Ahora, el caso es aprovechado por el presidente Donald Trump, quien lo ha politizado para justificar su dura postura de ley y orden.
La víctima, que había llegado al país hace tres años huyendo de la guerra en Ucrania, fue apuñalada fatalmente por Decarlos Brown Jr., un hombre con un extenso historial de arrestos y diagnosticado con esquizofrenia. Este hecho ha provocado un debate a nivel nacional sobre por qué Brown se encontraba en libertad a pesar de sus 14 casos penales previos, lo que ha avivado la retórica de la administración Trump.
En un video difundido por la cuenta de la Casa Blanca en X, el presidente arremetió contra las ciudades dirigidas por demócratas, a las que acusó de dejar en libertad a "criminales salvajes y sedientos de sangre". Estas declaraciones se realizaron desde el Museo de la Biblia en Washington, donde Trump estableció una conexión directa entre el asesinato y sus planes de enviar agentes federales y tropas de la Guardia Nacional a ciudades como Chicago.
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"Cuando ocurren asesinatos horribles, hay que tomar acciones horribles", declaró Trump, quien ya envió a la Guardia Nacional a Washington D. C. el mes pasado. A pesar de que las estadísticas muestran que el crimen violento ha disminuido tanto en D. C. como en Chicago, el presidente ha insistido en su caracterización de estas urbes como peligrosas y fuera de control.
Los líderes demócratas han rechazado las acusaciones de Trump. El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, han criticado la caracterización de la ciudad y le han instado a no desplegar tropas federales en su territorio. Por su parte, la alcaldesa de Charlotte, Vi Lyles, se mostró con "el corazón roto" por lo sucedido y se comprometió a mejorar la seguridad.
El agresor, Decarlos Brown Jr., de 34 años, enfrenta ahora no solo un cargo de asesinato en primer grado por parte de los fiscales de Carolina del Norte, sino también un cargo federal que podría acarrearle la pena de muerte. Este caso ha puesto de manifiesto las fallas del sistema judicial en el manejo de reincidentes y de personas con enfermedades mentales, un tema que la madre del acusado había tratado de abordar antes de la tragedia.
Funcionarios del gabinete de Donald Trump han utilizado las redes sociales para atacar las políticas demócratas, que, según ellos, son demasiado indulgentes. El secretario de Transporte, Sean Duffy, publicó en X que, "al no castigarlo adecuadamente, Charlotte falló a Iryna Zarutska y a los habitantes de Carolina del Norte", reforzando la postura de que Brown no debió haber estado en la calle.
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