El presidente de EE. UU. firmó un memorando para aplicar tarifas equivalentes a los países que gravan productos estadounidenses, afectando especialmente a la UE.
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Fotografía del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.( )
El presidente Donald Trump anunció la implementación de aranceles recíprocos a los países que imponen tarifas a los productos estadounidenses, con el objetivo de igualar las tasas comerciales y corregir lo que considera un trato "injusto" en el comercio internacional. Durante una declaración en la Casa Blanca, Trump afirmó que "todo el mundo se ha aprovechado de EE. UU." y que es momento de exigir equidad en las relaciones comerciales.
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Aunque las nuevas tarifas no entrarán en vigor de inmediato, se espera que comiencen a aplicarse en las próximas semanas o meses, afectando inicialmente a los países con mayores déficits comerciales con EE. UU. Cada nación enfrentará aranceles personalizados en función de los gravámenes y barreras comerciales que impongan a los productos estadounidenses.
La Unión Europea en la mira
Trump fue particularmente crítico con la Unión Europea (UE), acusándola de imponer "prácticas comerciales desleales" y utilizar el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) como un "arancel encubierto" para gravar los productos importados. El presidente estadounidense argumentó que este impuesto, que varía entre el 17 % en Luxemburgo y el 27 % en Hungría, ha perjudicado la competitividad de los productos estadounidenses en el mercado europeo.
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Uno de los sectores más afectados por esta nueva política será el automotriz europeo. Actualmente, EE. UU. aplica un arancel del 2,5 % a los vehículos importados, mientras que la UE impone una tasa del 10 %. Con los aranceles recíprocos, EE. UU. podría elevar esta tarifa hasta el 27 %, sumando el IVA aplicable en Europa, lo que impactaría severamente a la industria automotriz de países como Alemania y Francia.
Negociaciones y presión internacional
El gobierno de Trump ha dejado espacio para la negociación, esperando que los países reconsideren las tarifas y barreras comerciales que imponen a los productos estadounidenses. Washington busca que las naciones afectadas renegocien sus acuerdos comerciales con EE. UU., en un intento por reducir la brecha en el comercio internacional.
Esta estrategia forma parte de la política de Trump de utilizar los aranceles como herramienta de presión, no solo en materia comercial, sino también en temas de migración y seguridad. Con estas medidas, la Casa Blanca busca forzar a los países a negociar directamente con EE. UU., en términos más favorables para su economía.
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La reacción de la Unión Europea y otros socios comerciales será clave en los próximos meses, ya que estos nuevos aranceles podrían desencadenar represalias comerciales y generar tensiones en la economía global.
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