¿Qué son los aranceles que Trump busca imponer en EE. UU. y cómo funcionan?
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, busca imponer aranceles a todas las importaciones en Estados Unidos, con efectos directos sobre consumidores y empresas.
- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, observa tras pronunciar un discurso en la cena de la Conferencia de Miembros Republicanos de la Cámara de Representantes en el Trump National Doral Miami, en Miami, Florida, el 27 de enero de 2025. ( )
Con su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha vuelto a colocar los aranceles como una pieza central de su política económica. Estas medidas, que buscan desincentivar las importaciones y fortalecer la manufactura local, han generado un amplio debate sobre su impacto real en la economía estadounidense.
Lea también: Trump promete imponer aranceles a productos de China, México y Canadá desde el primer día de su mandato
Entre sus planes destaca un arancel generalizado de hasta el 20 % sobre todas las importaciones, con el objetivo declarado de estimular la producción nacional y financiar proyectos políticos ambiciosos. Sin embargo, estas políticas también podrían tener efectos negativos significativos en empresas y consumidores.
El papel de los aranceles en la agenda de Trump
Trump ha descrito los aranceles como su herramienta favorita para cumplir múltiples objetivos: castigar prácticas comerciales desleales, reducir la dependencia del extranjero y aportar miles de millones de dólares al déficit federal.
Entre sus primeras promesas están un impuesto del 25 % a productos de México y Canadá y un 10 % a bienes chinos, en represalia por la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Además, planea aplicar aranceles del 10 % o 20 % a todas las importaciones para fomentar la manufactura local.
Lea también: Donald Trump evalúa declarar emergencia económica para imponer aranceles en EE. UU.
No obstante, estas políticas no están exentas de críticas. Durante su mandato anterior, los aranceles afectaron aproximadamente al 14 % de las importaciones estadounidenses, impactando productos como bicicletas, televisores y aluminio. Ahora, sus propuestas buscan extender este gravamen a todas las importaciones, lo que podría marcar un cambio radical en la economía del país.
¿Cómo funcionan los aranceles y cuál sería su impacto en los consumidores?
Los aranceles son esencialmente impuestos aplicados a los bienes importados, pero el costo no recae en los países exportadores. En su lugar, las empresas estadounidenses que importan estos productos pagan el arancel, y este costo suele trasladarse al consumidor.
Por ejemplo, una empresa ficticia, "Global Footwear", que importa zapatos por USD 100, enfrentaría un aumento del costo a USD 120 con un arancel del 20 %. La compañía podría absorber este costo, reducir sus ganancias o trasladar el incremento al consumidor final, quien pagaría más por el mismo producto.
Lea también: Los aranceles de Trump: estrategias y desafíos para su implementación
Según la Comisión de Comercio Internacional de EE. UU., los consumidores estadounidenses han soportado casi todo el costo de los aranceles aplicados por Trump, lo que ha generado un incremento en los precios de productos básicos.
Las promesas económicas y los retos del plan arancelario
Trump ha argumentado que los aranceles no solo estimularán la industria local, sino que también generarán ingresos para financiar proyectos como el cuidado infantil y una posible eliminación del impuesto federal sobre la renta. Aunque su plan ha sido calificado de "aspiracional" por su equipo de campaña, economistas advierten que es poco probable que los ingresos arancelarios sean suficientes para cumplir con estas promesas.
Lea también: Trump promete una guerra de aranceles para proteger la economía estadounidense
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable estima que el plan arancelario de Trump podría generar menos ingresos de lo proyectado, dejando un déficit significativo y aumentando la deuda nacional en USD 7,75 billones de dólares durante la próxima década. Además, las empresas y consumidores estadounidenses seguirían enfrentando las consecuencias de precios más altos, cuestionando la efectividad real de estas políticas.
Recomendadas