Trump culpa a Biden de la caída inesperada del PIB de EE. UU. en el primer trimestre

Donald Trump aprovechó su rueda de prensa del martes 29 de abril, al cumplirse los primeros 100 días de su segundo mandato, para culpar a su predecesor, Joe Biden, por la reciente caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, que se redujo un 0,3 % en el primer trimestre de 2025. Trump señaló que la caída es consecuencia de una desaceleración en el gasto público y el gasto de los consumidores, sumada al aumento de las importaciones debido a las compras anticipadas previas a la implementación de nuevos aranceles.

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El presidente destacó que las políticas comerciales y fiscales de su administración, incluyendo el aumento de los aranceles, afectaron negativamente a la economía en el corto plazo. Sin embargo, se mostró optimista sobre el futuro, afirmando que los aranceles acabarán “haciendo que Estados Unidos prospere” una vez que empiecen a aplicarse a plena escala, agregando que las empresas se trasladarán a EE. UU. en números récord.

Trump no perdió oportunidad de defender sus políticas arancelarias como “fundamentales” para revitalizar la economía estadounidense. Aseguró que los aranceles adicionales, especialmente sobre productos provenientes de China, provocaron una reacción de “pánico” en el gigante asiático, con fábricas cerrando por la falta de demanda.

También prometió que las negociaciones comerciales con China traerían beneficios a EE. UU. a largo plazo, aunque reconoció que el proceso tomará tiempo. No obstante, la oposición demócrata en el Senado, encabezada por Chuck Schumer, criticó fuertemente la gestión económica de Trump, considerando que la economía estadounidense está en declive bajo su mandato.

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La caída del PIB y el aumento de la incertidumbre económica en EE. UU. coinciden con una disminución en la confianza de los consumidores, lo que podría agravar la situación de los hogares estadounidenses.

Mientras algunos analistas creen que la economía se enfrenta a una recesión, Trump insiste en que los efectos de su estrategia “de choque” son temporales y que, en el futuro, Estados Unidos experimentará un “auge económico” sin precedentes.