La planta La Toma de Guayaquil produce un millón de metros cúbicos de agua al día. Ese volumen abastece a cerca de 3 millones de usuarios en la ciudad y cantones vecinos.
Un caudal tan grande que alcanzaría para llenar unas 400 piscinas olímpicas. Pero de toda esa producción, la mitad se pierde: entre fugas, fallas técnicas, mantenimiento, y sobre todo, robos.
Interagua denomina a esa pérdida “agua no facturada”. La concesionaria admite que el índice llega al 47 % del total producido, y de esa cifra, una cuarta parte corresponde a sustracciones ilegales: conexiones clandestinas en domicilios, empresas y, cada vez más, redes controladas por grupos de delincuencia organizada.
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