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Se trata de un nuevo género que busca hacer películas sin guión, sin actores como tal y sin escenarios ficticios, al contrario, en situaciones reales.
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Luis Felipe Fernández-Salvador intenta internacionalizar esta propuesta realizando charlas alrededor del mundo, como ya lo hizo el pasado 6 de junio en Italia durante un festival de cine. ( )
¿Quién no ha querido que alguna situación de su vida se convierta en una escena de cine? Sentirse el protagonista de alguna historia que se vea impresionante y dejar que vuele la imaginación.
Pero ir más allá no es una idea poco realizable o desproporcionada, el Realismo Fantástico usado por los directores de cine para llevar las historias de vida a la pantalla grande es la apuesta de un ecuatoriano que lleva varios años experimentando con este género.
Se trata de Luis Felipe Fernández-Salvador, Presidente de Fundación Identidad Nacional y creador de este nuevo género cinematográfico, quien lo impulsó a través de la película ‘A Son Of Man’ (2019).
Fernández-Salvador distingue al Realismo Fantástico de otros géneros o subgéneros porque “Trabaja exclusivamente con personajes reales, con relaciones reales, en experiencias y lugares reales, al mismo tiempo que se acoge a la decisión estética y narrativa del cine clásico (ficción), amplificando la experiencia del público hacia una nueva percepción de la realidad”, menciona.
El cineasta cuenta como experimentó esta forma de contar hechos con su película ‘A Son Of Man, la maldición del tesoro de Atahualpa’, en la que rescató la memoria de su padre, una persona que se dedicó gran parte de su vida a buscar el tesoro perdido del último emperador del Tahuantinsuyo.
En la trama de su película, Fernández-Salvador organizó una nueva expedición para continuar la búsqueda que durante décadas realizó su padre, pero ahora él involucró a su hijo en una aventura que, a la vez, es un pretexto para acercarse a la persona más importante de su existencia.
“Es difícil identificar qué tanto de la realidad hay en el cine de ficción y en el documental, pero si hablamos de las leyes gravitacionales de la realidad, el cine documental cumple con un porcentaje elevado de estas y el Cine de Realismo Fantástico cumple con las mismas y más. Si lo llevamos a números, encontramos que en ‘A Son Of Man’ el 10% es trabajo artístico y el 90% es realidad”.
La observación del director para encontrar personas unidas por historias comunes hace posible la realización de una película de Realismo Fantástico. Es un cine de vivencias, que explora los rincones emocionales de todos los sujetos y personajes que forman parte de la historia. Sin embargo, se nutre también del cine surrealista, del cinema verité (o antropológico) y los combina con técnicas del cine de ficción.
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Las películas de Realismo Fantástico no son autobiográficas, sus protagonistas viven emociones presentes, al punto que no deben correr riesgos que podrían presentarse con el avance de la historia, si corren esos riesgos es porque se sienten seducidos a ello.
“El director hace que los personajes se enfrenten a sus miedos, realidades y a los riesgos que deben o no tomar, pero la decisión final está en ellos. Deben ser personas que se entreguen a la película, de otra manera no se llevará a cabo”, explica Fernández-Salvador.
Ese es el principal atributo del Realismo Fantástico, que al no contar con actores sino con personas que se interpretan a sí mismas, no recrean vivencias pasadas, crean realidad al andar, al momento en el que ocurren.
Un propuesta que nace en Ecuador
A través de esta iniciativa, Ecuador exporta una visión diferente de hacer cine al proveer de un enfoque distinto para no solo crear películas que participen en festivales o que reciban importantes nominaciones, se trata de proponer un nuevo género cinematográfico hecho en el país.
Por ello, Luis Felipe Fernández-Salvador intenta internacionalizar esta propuesta realizando charlas alrededor del mundo. El primer paso lo dio el pasado 6 de junio en Puglia, Italia, en el marco del Festival Internazionale del Cinema. Allí, el cineasta se sorprendió con la reacción de los asistentes que nunca imaginaron que se pudiera hacer una película sin guión, sin actores como tal y sin escenarios ficticios, al contrario en situaciones reales.
“Me entusiasmó mucho la acogida de los asistentes, el interés que despertó en representantes de otros festivales e instituciones académicas, que me han invitado a dar clases magistrales para aquellos que buscan hacer cine de alto valor de producción, sin necesidad de gastar grandes sumas”.
La Fundación Identidad Nacional quiere llevar este concepto cinematográfico a las universidades, Fernández-Salvador resaltó que están trabajando con algunas instituciones académicas para realizar talleres y master clases en diferentes partes de Europa, pero destaca el hecho que esta es una iniciativa Latinoamericana y que debería tener mayor énfasis en esos países.
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