Don Goyo, una película hecha entre la pandemia y la inseguridad​​​​​​

La película Don Goyo, dirigida por el guayaquileño Jorge Flores, se estrenará en los cines de 16 ciudades de Ecuador, el 27 de junio. La cinta, con clasificación B1 para mayores de 12 años, se presentó internacionalmente en el Festival de Cine Ibero-Latinoamericano de Trieste, en Italia.

El filme se inspira de la novela de Demetrio Aguilera Malta, escritor que perteneció al Grupo Guayaquil junto con Joaquín Gallegos Lara y José de la Cuadra. El libro fue publicado en 1933 y relata la historia de Don Goyo, un personaje místico que -se dice- tiene más de 100 años y pactó con el Diablo. Según los creadores, la película rescata los mensajes de protección de la naturaleza y la violencia “a través de la historia de Cusumbo, una joven campesina montubia fascinada por las leyendas de Don Goyo".

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El equipo detrás del filme lo califica como un thriller montubio. “La novela tiene bastante misterio”, recalca Jorge Flores, “el personaje de Don Goyo vive un poco separado de la sociedad, vive inmerso en el bosque. Entonces, eso ya genera un enigma”. Flores destaca entre sus influencias, al momento de dirigir, la película Lost Highway (1997) de David Lynch, como inspiración para el misterio que se ve en la cinta, y el cine del director brasileño Glauber Rocha, que retrata el realismo desde lo mítico.

La productora Magali Ramos cuenta que la película contó con 28 personas, incluyendo estudiantes de la Universidad de las Artes, para los 16 días de grabación que inició en 2021, en plena emergencia sanitaria del COVID-19. Además, el elenco elegido para el largometraje contó con actores de Guayaquil, Milagro y Portoviejo.

La película se grabó en una hacienda y en el Bosque Tropical Protector Santa Rosa ubicada en el recinto Suncamal del cantón Cumandá, en la provincia de Chimborazo colindante con Bucay, Guayas, donde los pobladores ayudaron a aterrizar de manera más cercana la vivencia en el campo y la relación con la naturaleza. Por eso, Ramos destaca cómo los habitantes locales ayudaron en un taller para enseñar a los actores cómo usar el machete.

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Aunque la historia de Demetrio Aguilera Malta se desarrolla en el manglar del Golfo de Guayaquil, la producción decidió realizar la película en un bosque entre Chimborazo y Guayas, donde la Sierra y la Costa se saludan.

Ramos, además de productora, intervino en la elaboración del guion junto con Jorge Flores. Para ella, “era muy importante trabajar el guion con la perspectiva de la producción para crear uno que sea realista y posible”. Además, recalca que -cuando comenzaron en la elaboración de la película- empezó la pandemia del coronavirus, por lo que las opciones de financiamiento estaban suspendidas.

Con las limitaciones de la inseguridad que invadía el manglar y la dificultad de financiación del proyecto, el equipo de Don Goyo estuvo obligado a modificar el guion a la realidad de un Ecuador del siglo XXI, recordando que cuando apareció la novela de Demetrio Aguilera Malta el país recién cumplía 100 años desde la independencia.

Sin embargo, Jorge Flores destaca que la película no solo cambia una de las locaciones elementales, que es el manglar, sino que es una cinta atemporal. Según el director, gracias a Roberto Frisone, el encargado del diseño de producción, en el filme habrá una mezcla de elementos modernos con prácticas de los años 30 que no te fija un tiempo en específico. Así, el espectador encontrará a un Don Goyo entre dos siglos.

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