Los errores de Holan no pueden seguir pasándose por alto. O corrige o Barcelona se va al despeñadero.
La Liga Pro avanza y Barcelona SC, con un plantel que debería estar luchando en lo más alto de la tabla de posiciones, sigue dejando escapar oportunidades cruciales.
El reciente empate sin goles frente a Libertad de Loja, el colista del torneo en la tabla acumulada, no solo fue un traspié inesperado, sino un claro reflejo del momento incierto que atraviesa el equipo dirigido por Ariel Holan.
¿Cómo puede un equipo con la historia y el potencial de Barcelona SC permitirse este tipo de tropiezos cuando el campeonato está en su fase decisiva?
Lo primero que salta a la vista es la decisión de Holan de alinear a tres juveniles en un partido donde había mucho en juego. Es comprensible que el técnico, siguiendo la directriz de la directiva de sacar más talentos de la cantera, quiera dar oportunidades a jóvenes, pero hacerlo en un momento clave, dejando en la banca a jugadores que venían rindiendo, parece una apuesta innecesariamente arriesgada.
¿Fue esto una subestimación del rival? Libertad, último en la tabla acumula, con solo tres victorias en el año y un inminente descenso a la serie B, no debería haber sido visto como un rival débil, sino como una oportunidad para sumar con autoridad.
En lugar de eso, Barcelona no mostró nada, y los hinchas canarios, que suelen exigir mucho más de su equipo, no ocultan su frustración.
La crítica hacia Holan no se limita a este partido en particular. Los hinchas señalan con razón que el camerino ha sido desmantelado desde la salida de jugadores clave como Damián ‘Kitu’ Díaz, que no solo era el cerebro creativo del equipo, sino también su goleador en la primera etapa.
La desintegración de la dupla Leonai Sousa y Jesús Trindade, que hasta hace poco era el mejor tándem de contención del campeonato, es otra muestra de las decisiones cuestionables del argentino Holan. Todo esto ha contribuido a un Barcelona que, si bien está a solo tres puntos de los líderes, en términos de juego parece estar a años luz de su mejor versión.
Holan parece estar en una batalla constante para justificar los errores. Cuando perdió contra el Cuenca, en la fecha anterior, dijo que el resultado -y el rendimiento de los suyos- era un "baño de realidad". Sus declaraciones tras el empate contra Libertad, en las que argumenta que "todos están irregulares", no son más que un intento de repartir culpas y evitar asumir responsabilidades.
Este tipo de discurso puede funcionar una vez, pero después de dos partidos consecutivos con actuaciones decepcionantes, comienza a sonar como un consuelo de mediocres. Holan vive en otra realidad.
Lo que más duele a los hinchas no es solo el resultado, sino la falta de actitud, de juego, de ambición. Barcelona SC es un equipo que, por su historia, no puede permitirse conformarse con empates ante equipos que están prácticamente descendidos.
Si Holan no corrige el rumbo, el riesgo de que este gigante del fútbol ecuatoriano se hunda en la mediocridad es cada vez más real. La directiva, que hasta ahora ha mostrado paciencia con el entrenador, debe intervenir antes de que sea demasiado tarde.
El equipo aún está a tiempo de pelear por el campeonato, pero si sigue jugando “a nada”, como lo hizo contra Libertad, es probable que la temporada termine en un fracaso rotundo.
Es hora de que Barcelona vuelva a jugar como el equipo grande que es. Los errores de Holan no pueden seguir pasándose por alto. Con solo siete fechas por jugarse, el margen de error es mínimo, y el tiempo se agota.
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