Jugadores del 9 de Octubre y San Antonio protagonizan pelea en pleno partido de la Serie B

El hexagonal final de la LigaPro Serie B volvió a quedar marcado por la polémica, esta vez no por sospechas de amaño, sino por un lamentable episodio de violencia en la cancha. El partido entre 9 de Octubre y San Antonio, disputado este martes, terminó en una pelea campal entre jugadores y miembros del cuerpo técnico, empañando el empate 2-2 que registró el marcador.

El incidente se desató en el minuto 94, en tiempo de adición, cuando un integrante del cuerpo técnico del club guayaquileño empujó a un pasabolas en una jugada que buscaba ganar tiempo.

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La acción provocó la inmediata reacción del defensor Saenddy Yánez, de San Antonio, quien reclamó con vehemencia. Esto encendió los ánimos y desencadenó una serie de empujones e insultos entre futbolistas de ambos equipos.

La situación se salió de control cuando el jugador de 9 de Octubre, Elkin Chichande, agredió con un codazo al futbolista Andy Lucas, lo que elevó la tensión al máximo. A pesar de la violencia evidente, Chichande no fue expulsado, lo que generó fuertes reclamos por parte del equipo rival.

En medio del caos, el árbitro sí mostró tarjetas rojas a otros jugadores de ambos bandos, aunque los detalles aún no han sido oficializados por la organización.

Este nuevo episodio llega apenas una semana después de que el duelo entre 9 de Octubre y Gualaceo fuera señalado en redes sociales y por medios locales por presuntos indicios de amaño de partido, lo que ya había puesto bajo sospecha la transparencia de este tramo final del torneo.

Con este tipo de comportamientos repetidos, el nombre de 9 de Octubre vuelve a estar en el foco negativo del campeonato. Tanto la violencia dentro del campo como las recientes controversias en torno a la integridad deportiva aumentan la presión sobre la LigaPro y su Comisión Disciplinaria para tomar medidas contundentes.

El empate 2-2, que debía ser un resultado clave en la lucha por el ascenso, quedó totalmente opacado por los actos de indisciplina. A la espera de sanciones oficiales, la imagen del torneo y de los propios clubes vuelve a verse deteriorada en un contexto donde la credibilidad del fútbol ecuatoriano está en juego.