Robinho lidera equipo de presos mientras la justicia brasileña rechaza nuevo recurso

La justicia de Brasil volvió a cerrarle la puerta a Robson de Souza, conocido como Robinho, al rechazar este miércoles un nuevo recurso presentado por su defensa. El exfutbolista, condenado en Italia a nueve años de prisión por violación grupal, continuará cumpliendo su sentencia en el sistema penitenciario brasileño, donde permanece desde marzo del año pasado.

Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia argumentaron que los planteamientos de los abogados del exjugador ya habían sido abordados y desestimados anteriormente por la Corte Suprema. Por unanimidad, decidieron no aceptar el nuevo intento de revisión legal. La defensa de Robinho apelaba a la retroactividad de una ley migratoria aprobada en 2017, intentando invalidar la ejecución de la condena extranjera en suelo brasileño.

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La violación por la que fue condenado ocurrió en una discoteca de Milán en 2013, mientras Robinho jugaba en el AC Milan. La sentencia fue dictada en 2017, pero el exdelantero ya había regresado a Brasil, país cuya Constitución impide la extradición de ciudadanos nacionales. Esto obligó a las autoridades italianas a solicitar que la pena fuera cumplida en su país de origen, lo cual fue homologado por la justicia brasileña.

Desde su ingreso al penal de Tremembé, en São Paulo, Robinho ha mantenido un perfil alto dentro de la prisión. Según reportes de CNN Brasil, el exfutbolista comanda un equipo de internos en un torneo exclusivo para reclusos de notoriedad pública. El equipo, curiosamente llamado “Abusadores”, es liderado y dirigido por el propio Robinho, quien incluso organiza las alineaciones y estrategias de juego.

Su presencia en la cárcel continúa generando atención, tanto entre los reos como entre los visitantes. A pesar del crimen por el que fue condenado, su fama como exestrella del fútbol internacional no ha desaparecido. Algunos internos e incluso personal penitenciario lo buscan para pedirle fotos o autógrafos, manteniendo su figura en un contradictorio foco mediático.

Mientras la justicia brasileña cierra filas en torno a su condena, Robinho parece haber encontrado una nueva manera de sobresalir tras las rejas, aunque esta vez como líder de un equipo de fútbol entre reclusos, una faceta que levanta tanto curiosidad como polémica.