12 mar 2024 , 16:02

El Ecuador de Mayra Salazar y Daniel Salcedo

   

No sé, estimados lectores, si ustedes han tenido la misma sensación que yo. Pero la macro discusión de cómo los mafiosos, narcos, jueces y políticos pillos destruyeron al Estado ha impedido que reflexionemos sobre algo, quizá, mucho más delicado: la degradación de los ciudadanos y de nuestras familias.

A muchos no les sorprenderá, por ejemplo, que una persona como Pablo Muentes tenga tanta desfachatez y cero sentido del pudor, como para haberse convertido -muy a pesar de los grandes elogios que sobre él tuiteaba Esteban Torres- en un operador que servía a Nebot, a los correístas y hasta a los cercanos de Bucaram. Que era el mandadero de los narcos y que era capaz de sobornar a los jueces, sin que los inocentes socialcristianos siquiera lo sospecharan. Total, Muentes era un ‘zorro viejo’ y curtido.

En cambio, sí merece un capítulo aparte analizar la conducta delictiva de jóvenes que, por sus alcances y alto grado de cinismo, reúnen los antivalores más repulsivos de un país que se precia de tener una población joven.

Empecemos por el delincuente Daniel Salcedo. Frisa los 28 años y, desde hace cuatro, ya hacía noticia por corrupto e indolente. No le importaba negociar con los insumos médicos cuando la gente se moría con Covid-19 en las calles y los hospitales estatales lucían completamente desvalidos. Fue preso y desde ahí se grababa videos en Tik ToK, mientras el país no entendía por qué un sicario asesinaba a Efraín Ruales. Luego, las piezas de esta macabra coincidencia han ido tomando forma. Un expresidente de la República, lleno de cinismo como es su costumbre, dijo que Salcedo era un joven emprendedor.

A su corta edad, sabía cómo tarifar con los jueces y comprarse la libertad para, desde Panamá, devorar hamburguesas, mientras seguía en el juego de la mafia.

Ha vuelto a la cárcel, gracias a las acusaciones de la fiscal Diana Salazar en Metástasis; y si a la justicia ecuatoriana le queda algo de decencia, seguirá ahí algunos años más. ¡Salcedo es un delincuente despiadado y no tiene ni 30 años!

Lo de Mayra Salazar es aún más desolador. Como coordinadora de prensa, estuvo en permanente contacto con periodistas y funcionarios. Todos creyendo que hacía un trabajo profesional y honrado. Ágil y diligente. Se burló de los medios de comunicación y de las universidades, porque su carrera delictiva iba de la mano con la maestría en Comunicación en la que se matriculó, siendo compañera de mucha gente bienintencionada.

Sabía cómo operar con Muentes; cómo ser el enlace entre criminales y operadores de justicia. En el mundo de los ‘influencers’, aparecía en todas las fotos posibles y, ahora, varias personas conocidas no saben cómo explicar su incómoda presencia. Para colmo, tenía un sueldo estatal porque siempre la contrataron jueces y políticos. ¡El mejor ejemplo de la meritocracia!

Los chats que la Fiscalía extrajo de sus teléfonos dan cuenta de su profunda amoralidad. Entre grandes risotadas, ofrecía al juez distrital Mario Proaño hablar con alias Fito para que sus bandidos no atormentaran al dueño de una farmacéutica en Durán. El “favor de dejar en paz” a un ciudadano era posible solo si los malandros eran choneros, porque ella no tenía amistad con los Tiguerones.

Este cruel pasaje, resumido en un par de intercambios telefónicos, da cuentas de cómo un juez pedía, al bajo mundo, en lugar de apelar a las instituciones, que no siguiera extorsionando a una persona que, en teoría, hacía un trabajo lícito; es decir, tener una empresa.

Y de todo este mundo al revés, una mujer de 35 años lucraba de todas partes: del Estado en su calidad de servidora pública; de su ejercicio ‘profesional’ y de los mafiosos que, entre risas y desparpajo, eran sus amigos.

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Así está el Ecuador, sometido, no solo, a unos dinosaurios políticos que a cuenta de comandar partidos populistas han destruido el Estado; sino también por jóvenes arribistas que, en la búsqueda insaciable de dinero fácil, son capaces de olvidar los más elementales principios de la humanidad.

Yo me pregunto, no sé si ustedes, amables lectores, con qué valores, sus padres, educaron a Mayra Salazar y Daniel Salcedo. La familia ecuatoriana también está desecha.

*La muerte de Paola Roldán. Su lucha silenciosa, pero profundamente valiente y dolorosa, cambió al Ecuador. Gracias a ella, seremos seres mucho más humanos, porque habremos entendido que en el momento más duro de una persona, la opción por la muerte digna y asistida es quizás el derecho más delicado que un Estado debe garantizar. Paola solo esperó que el país pusiera a debatir a la Corte Constitucional y alcanzar así un fallo memorable, para irse al cielo. Cuánta falta nos hará su pelea honesta, sobre todo al ver tanta descomposición institucional. https://www.ecuavisa.com/noticias/sociedad/paola-roldan-fallecio-eutanasia-ecua-HF6986108
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