17 jul 2025 , 13:29

Cambiar Europa por la MLS ¿acierto o error?

El más reciente movimiento de un jugador de la élite europea al fútbol de Estados Unidos es el del argentino Rodrigo de Paul.

   

Por más que parezca un movimiento prematuro, la decisión de Rodrigo De Paul de dejar Europa para fichar por el Inter Miami tiene más capas de análisis que el simple titular de "jugador de 31 años cambia la élite por una liga menor".

Desde lo deportivo, cuesta entenderlo. De Paul aún era titular en un club competitivo como el Atlético de Madrid, con presencia constante en Champions League y bajo la dirección de Diego Simeone, quien lo valoraba por su versatilidad, entrega y despliegue físico.

Renunciar a ese contexto, donde las exigencias son extremas y el roce internacional es constante, no es lo habitual en un jugador que aspira a mantenerse en la élite... y en la selección argentina.

Sin embargo, hay razones estratégicas que explican —aunque no necesariamente justifican— su decisión. La más poderosa es el Mundial 2026. Estados Unidos será anfitrión, y De Paul, uno de los intocables de Lionel Scaloni, parece querer adelantarse al ecosistema del torneo.

Acoplarse a la vida, los ritmos, las canchas, incluso la logística norteamericana, puede ser una ventaja. Su fichaje por el Inter Miami, además, lo ubica cerca de su círculo más íntimo en la selección: Messi, por supuesto, pero también Mascherano, quien lo dirigirá en la MLS, Leagues Cup y podría ser clave en la transición post-Mundial.

Tampoco se puede ignorar el aspecto emocional. Inter Miami no solo tiene a Messi, sino que es el refugio de una generación dorada del fútbol europeo y sudamericano que busca su epílogo sin renunciar al buen nivel ni al espectáculo.

La MLS ya no es un cementerio de elefantes, pero tampoco es la Premier o LaLiga. A De Paul le tocará elevar la vara del equipo y demostrar que llega con hambre de competencia, no solo a disfrutar del sol de Florida.

El riesgo es claro: bajar el nivel de exigencia competitiva justo antes de un Mundial puede volverse en contra. Y más aún si el objetivo es sostener su puesto como titular indiscutido en la albiceleste.

Pero si logra mantener su ritmo, evitar lesiones y adaptarse rápido, su conexión con Messi y el conocimiento del medio podrían convertir esta jugada en una apuesta ganadora.

Rodrigo De Paul no solo deja Europa. Apuesta por un entorno conocido, por una comodidad emocional y geográfica, y tal vez también por una visión estratégica hacia el Mundial. ¿Se equivocó? El tiempo, y el rendimiento en 2026, serán los verdaderos jueces.

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