14 jul 2025 , 12:02

Caicedo no solo brilla: lidera, inspira y eleva el estándar

Mientras otros se conforman con tocar el cielo una vez, el Niño Moi ya está mirando el siguiente desafío: el Mundial de selecciones con Ecuador.

   

Cuando Moisés Caicedo levantó la copa del Mundial de Clubes con el Chelsea, el domingo en Nueva Jersey, no solo coronó su temporada más brillante. También encendió una chispa que puede transformar la historia del fútbol ecuatoriano. Porque mientras otros se conforman con tocar el cielo una vez, Moi ya está mirando el siguiente techo: el Mundial de selecciones.

Sí, Ecuador tiene un nuevo campeón del mundo. Han pasado 59 años desde que Alberto Spencer, nuestro Cabeza Mágica, hiciera historia con Peñarol. Desde entonces, muchas camisetas tricolores han rozado la gloria sin alcanzarla. Hoy, gracias al Niño Moi, ese anhelo se convierte en certeza.

Si alguien representa lo que significa superar las barreras, es él: de las canchas de tierra de Santo Domingo al corazón de este Chelsea campeón del mundo.

Contra el París Saint-Germain, Caicedo fue todo lo que esperamos de un líder. Jugó con el tobillo maltrecho, se multiplicó en la cancha, desactivó a los cerebros rivales y terminó con la cinta de capitán en el brazo. Fue figura en un equipo lleno de estrellas. Jugó como si el dolor no existiera, como si el mundo estuviera viendo. Y lo estaba.

Su actuación —intensa, táctica, inteligente— le recordó al mundo que en Ecuador no solo exportamos talento, sino carácter. Caicedo no solo brilla: lidera, inspira, eleva el estándar.

Y eso lo sabe él mejor que nadie. Por eso, cuando en zona mixta le preguntaron qué espera para el futuro, no habló de vacaciones ni de premios individuales. Dijo algo que nos hizo soñar a todos: “Quiero ser campeón del mundo con la selección".

No lo dijo con arrogancia ni por quedar bien, lo mencionó con hambre, con la convicción de quien ya supo lo que cuesta llegar y lo que se siente ganar. Incluso, no es la primera vez que lo exterioriza, esto de soñar con ser campeón del mundo con la Tri es algo que ya lo expresó antes de Catar 2022.

¿Ambicioso? Sí. ¿Realista? También. Porque el Mundial 2026 será en la misma tierra donde acaba de conquistar su primera estrella global. Porque Ecuador tiene una generación que no se achica ante nadie. Y porque cuando uno de los mejores volantes del mundo lleva tu bandera en el pecho, todo es posible.

Vale resaltar que del otro lado estaba un PSG que sufrió demasiado la ausencia de Willian Pacho en la defensa. El central ecuatoriano fue pieza clave para que su equipo llegase hasta la última instancia, pero una sanción le impidió estar en la cancha. Así que no solo tenemos a un campeón, sino también a un vicecampeón del mundo.

Este no es un texto para inflar ídolos. Es para reconocer logros, para celebrar la ambición sin complejos, y para sacar pecho con orgullo. Moisés ya ganó un Mundial. Y quiere otro.

Hace unas semanas, cuando Pacho ganó la Champions con el PSG, también se fijó como reto ganar un título con camiseta tricolor de Ecuador. Nuestros campeones nos inspiran y nos hacen soñar.

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