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Aunque no jugará en el Chelsea esta temporada, Kendry Páez tiene en Moisés Caicedo el mejor ejemplo de que los grandes sueños también se construyen desde pasos pequeños.
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Kendry Páez posa con la noria de Londres de fondo, a orillas del río Támesis.
Por años, el talento ha florecido en las canteras de Independiente del Valle. Y uno de sus más brillantes brotes se llama Kendry Páez. Con apenas 18 años, el joven mediapunta ecuatoriano vive un momento que, aunque para muchos puede parecer un revés, es en realidad una oportunidad dorada: su cesión al Racing de Estrasburgo, en Francia, tras no ser considerado por el Chelsea para esta temporada.
Debido a la transición de IDV a Europa, Kendry aún no ha jugado un solo partido oficial en lo que va de 2025 a nivel de clubes; en la selección mayor, solo ha disputado unos minutos en eliminatorias.
Desde afuera, puede parecer que su progreso se ha estancado. Pero si hay alguien que puede demostrarle que este camino puede llevarlo a la cima, ese es su compatriota y amigo, Moisés Caicedo.
Pongamos todo en perspectiva. El 1 de febrero de 2021, Moi fue fichado por el Brighton por 4,5 millones de euros, pero no fue directamente al primer equipo. Se integró al sub-23, debutó discretamente, y luego fue cedido al modesto Beerschot de Bélgica.
¿Retroceso? Para nada. Se acentó y regresó al Brighton cuatro meses después, se convirtió en figura, fue adquirido por el Chelsea en agosto de 2023 y hoy es campeón de la UEFA Conference League y del Mundial de Clubes de la FIFA.
La historia de Moi es la que debe inspirar a Kendry. En el Estrasburgo no hay reflectores como en Stamford Bridge, pero hay minutos por ganar y experiencia europea por construir.
Kendry tiene una Conference League por disputar y un cuerpo técnico que ya lo valora. El entrenador Liam Rosenior lo conoce, lo ha dirigido en entrenamientos y ha elogiado su técnica con convicción. Eso es más que un buen punto de partida.
No todos los caminos al éxito son directos. A veces, los atajos vienen disfrazados de obstáculos. Páez tiene la edad, el talento y el respaldo de un grupo empresarial —BlueCo— que apuesta por él. Su presente está en Francia, pero su destino puede seguir siendo Londres.
Como ecuatorianos, no debemos caer en la desesperanza por una cesión que, en realidad, representa una oportunidad de oro. Más bien, hay que enviarle un mensaje claro: ánimo, Kendry, tu historia apenas empieza. Y si alguna vez dudas, mira a Moi... y sigue soñando.
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