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Moisés Caicedo y Willian Pacho, el de Santo Domingo y el de Quinindé, dos jóvenes que soñaron en canchas de tierra y hoy pelean por el trofeo del Mundial de Clubes 2025.
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El PSG de Willian Pacho enfrentará al Chelsea de Moisés Caicedo por la final del Mundial de Clubes 2025.
Este domingo 13 de julio, a las 14:00 hora de Ecuador, el estadio MetLife de Nueva Jersey será el escenario de un hito inevitable para el fútbol ecuatoriano: uno de los nuestros —Moisés Caicedo o Willian Pacho— se consagrará campeón mundial de clubes.
Será apenas el segundo compatriota en lograrlo, luego de la leyenda Alberto Spencer, que levantó dos veces la Copa Intercontinental con Peñarol en 1961 y 1966.
Es imposible no emocionarse. Pasaron casi seis décadas desde aquella última conquista con sabor ecuatoriano. Y ahora, en la primera edición del Mundial de Clubes con formato ampliado, Chelsea y PSG definen al campeón.
Ambos equipos tienen sangre tricolor en sus filas. Caicedo, titular indiscutible en el mediocampo londinense, fue clave en el triunfo sobre Fluminense en semifinales. Pacho, por su parte, tuvo una campaña brillante como central del PSG, hasta su polémica expulsión que le dejó fuera de la semis ante el Real Madrid.
Aunque el defensor tricolor no podrá estar en la final por suspensión, su huella ya está marcada. Ha sido parte de un equipo que evidencia crecimiento, que ahora luce maduro, ambicioso y dominante.
Pero más allá del resultado final, el verdadero triunfo ya es ecuatoriano. Esta final no solo enfrentará a dos de los clubes más poderosos del planeta, sino que pondrá frente a frente dos historias de lucha, sacrificio y superación nacidas en nuestra tierra. El de Santo Domingo y el de Quinindé, dos jóvenes que soñaron en canchas de tierra y hoy pelean por el trofeo más importante a nivel de clubes.
En tiempos en que el fútbol ecuatoriano lidia con la irregularidad y la incertidumbre local, estos nombres nos recuerdan que la élite no nos queda lejos. Que Ecuador tiene talento de exportación. Que el legado de Spencer sigue vivo.
El domingo, cuando suene el pitazo final, el nombre de Caicedo o de Pacho quedará escrito junto al de aquel Spencer que conquistó Europa con Peñarol y le marcó al mismísimo Real Madrid. No importa el escudo. Este título también será nuestro.
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