Compresas frías o calientes: cómo saber cuál usar según el tipo de dolor

Usar mal una compresa puede empeorar el dolor o la inflamación. Te explicamos cuándo aplicar frío o calor, según el tipo de molestia y el efecto que tiene en tu cuerpo.
Ecuavisa()
26 oct 2025 , 10:00
Andrea Salas

Te ha pasado que te golpeas o tienes un dolor porque hiciste mal un ejercicio, y no sabes ¿qué hacer?

Uno de los errores más comunes -y también más confundidos- es saber cuándo aplicar frío o calor ante un dolor, golpe o molestia muscular. Aunque ambos métodos son útiles y seguros, usarlos de forma incorrecta puede empeorar la inflamación o el malestar.

En Hablemos de Salud, te explicamos cómo actúa cada tipo de compresa en tu cuerpo, cuándo conviene aplicarla y qué precauciones debes tener para aliviar el dolor de forma segura y efectiva.

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¿Cuándo usar compresas frías?

Las compresas frías se recomiendan para lesiones recientes, golpes o inflamaciones.

El frío provoca vasoconstricción, es decir, los vasos sanguíneos se contraen, lo que ayuda a reducir la hinchazón, el enrojecimiento y el dolor agudo. Úsalas en caso de:

  • Golpes o caídas con inflamación visible.
  • Torceduras o esguinces.
  • Inflamación después del ejercicio.
  • Fiebre leve o sensación de calor corporal.
  • El frío puede aplicarse con una bolsa de gel, hielo envuelto en una toalla o una compresa refrigerada.

    Se recomienda no superar los 15 minutos por aplicación y no colocarla directamente sobre la piel, ya que podría causar irritación o quemaduras por frío.
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    ¿Cuándo usar compresas calientes?

    Las compresas calientes tienen el efecto contrario: provocan vasodilatación, es decir, los vasos sanguíneos se dilatan, aumentando el flujo de sangre y el oxígeno en la zona

    Esto mejora la circulación, relaja los músculos y alivia la rigidez. Son útiles en casos de:

  • Contracturas musculares.
  • Dolor lumbar o cervical.
  • Dolor menstrual.
  • Molestias por tensión o estrés muscular acumulado.
  • El calor puede aplicarse mediante una bolsa térmica, una toalla húmeda caliente o un baño tibio.Se recomienda mantenerla entre 15 y 20 minutos y evitar el contacto directo con la piel.

    Los profesionales de la salud coinciden en que el calor no debe aplicarse en lesiones inflamatorias recientes, ya que podría aumentar la hinchazón.

    ¿Cuándo evitar el uso de frío o calor?

    Aunque ambas opciones son seguras en la mayoría de los casos, hay situaciones en las que conviene evitarlas:

  • Heridas abiertas o quemaduras.
  • Problemas de circulación o sensibilidad en la piel.
  • Inflamaciones severas o dolor persistente sin diagnóstico claro.
  • Si el dolor no mejora después de 48 horas o empeora, es importante consultar con un médico o fisioterapeuta para determinar la causa y el tratamiento adecuado.

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    Consejos para aplicar correctamenbte una compresa

  • Protege siempre la piel con una tela o toalla delgada.
  • No duermas con la compresa puesta.
  • Alterna frío y calor solo si lo indica un profesional, especialmente en lesiones musculares.
  • Verifica la temperatura: ni demasiado caliente ni congelada.Si usas una compresa casera, asegúrate de mantenerla limpia y en buen estado.
  • Una revisión reciente de 32 ensayos clínicos reveló que la aplicación de calor (hot-pack) dentro de las primeras 24 h es la más eficaz para aliviar el dolor muscular, mientras que la crioterapia (frío) se posicionó como opción óptima después de 48 h.

    Según estudios clínicos, la crioterapia se recomienda inmediatamente tras la lesión, mientras que la termoterapia se reserva para fases posteriores cuando la inflamación ya está controlada.

    Usar el método adecuado ayuda a aliviar el dolor, reducir la inflamación y favorecer una recuperación más rápida. Sin embargo, cuando el dolor no mejora o aparece sin causa aparente, lo mejor es consultar a un médico.

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