La cotidianidad de los habitantes de la comuna Juntas del Pacífico cambió con su nuevo vecino: la Cárcel del Encuentro

Desde que comenzó el traslado de reos, sus habitantes afirman que viven con miedo y que su cotidianidad cambió por completo.
Toma aérea de la construcción de la cárcel del Encuentro.()
12 nov 2025 , 13:06
Redacción y Televistazo

La atención se centra sobre esta comuna ubicada a una hora y 20 minutos de Guayaquil, es Juntas del Pacífico, en la provincia de Santa Elena, una localidad donde la tranquilidad quedó en el pasado desde que comenzó a construirse la Cárcel del Encuentro, en junio de 2024.

Así lo confirman sus habitantes, quienes denuncian primero un problema ambiental. El río las Negras, que está entre las comunas Juntas del Pacífico y Bajada de Chanduy, del que recogen agua para sembrar y vivir, está siendo contaminado por aguas turbias que salen de una tubería que proviene de la cárcel.

Y esa calma se ha trastocado aún más con el inicio de operaciones de este complejo, ubicado a 15 minutos de la comuna.

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Su cotidianidad se mezcla con la vigilancia de los militares, mujeres y niños caminan entre los uniformados. Son pocos los que aceptan hablar con la prensa, el miedo es evidente.

“Por lo que ven a los familiares de los reos, y no sabes que ellos tengan en su mente”.

En esta localidad, con no más de cuatro calles paralelas de tierra, habitan 3 400 personas. No hay alcantarillado ni agua potable, hay casas con pozos sépticos y otras que compran el líquido a los tanqueros, y menos tienen internet.

Se dedican a la agricultura, sobre todo, a cosechar ciruelas. De hecho, en el camino que conduce a la cárcel hay fincas de este y otros productos, pero algunos propietarios ya quieren irse de ahí.

En el pueblo también hay pequeños negocios, tiendas y comedores. Un parque, una iglesia, y hace dos meses se inauguró la construcción de más aulas en la escuela Virgilio Torres y una cancha de césped sintético, obras que fueron ofrecidas por el gobierno como parte del acuerdo para construir la cárcel. Aún está pendiente un Centro de Salud y el asfaltado de sus calles.

“Vamos a la parroquia Julio Moreno, que está a unos 6 u 8 kilómetros”.

Y aunque estos pobladores son los vecinos de la cárcel, desconocen los detalles de esta obra, a ellos les preocupa más su seguridad.

"Han venido los criminales".

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Por ahora, no les queda más que continuar con sus labores agrícolas y su rutina diaria, aunque en ellos siga creciendo la incertidumbre sobre el futuro del sector.

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