Tres décadas entre tesoros: la historia de un anticuario en el centro de Guayaquil

Giovanni Reyevazurto y su esposa iniciaron comprando santos, imágenes, cosas menores, cosas pequeñas.
02 dic 2025 , 10:15
Televistazo

En un mundo que cambia cada segundo, hay quienes se dedican a conservar lo que el tiempo intenta borrar. En un local del centro de Guayaquil encontramos a un hombre que ha hecho de su pasión por las antigüedades un viaje de tres décadas.

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“Soy Giovanni Reyevazurto, más conocido como El Anticuario. En el año 1974, milicié como coleccionista. Oye, que en 2025 no vendemos arte en las antigüedades, le damos día a la historia. Bienvenidos”.

¿Pero cómo comenzó esta afición? Giovanni recuerda que se crió y se educó en medio de las antigüedades, pues su padre era restaurador y como hobby tenía la venta de antigüedades, la compra y venta de antigüedades.

Junto a su esposa inició comprando santos, imágenes, cosas menores, cosas pequeñas. Así comenzó su proyecto como almacén, con un local vacío, solamente lleno de ilusiones nada más.

Con el tiempo, ese pequeño local se trasladó a su vivienda y cada rincón comenzó a llenarse. Así nació Anticuario Shop, un espacio dedicado a la compra, venta y restauración de objetos que alguna vez formaron parte de otras épocas. Para Giovanni, cada pieza tiene alma: algunas llegan dañadas, olvidadas, pero él se encarga de devolverles la vida.

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En este lugar se pueden encontrar cosas como una cámara espía de los años 30, un telescopio de 1942, una Macintosh de 1984 o una moneda de dos sucres en cobre niquelado de 1973 que nunca fue emitida. También hay discos originales de vinilo y miles de objetos más, con precios que van desde los cinco dólares hasta un millón.

“En el Anticuario Shop te traigo normalmente una onza de plata”, cuenta Giovanni.

Y aunque el Anticuario conserva la esencia del pasado, su historia llegó a las nuevas generaciones gracias a Doménica, hija de Giovanni, quien a pesar de ser abogada decidió seguir los pasos de su padre y ayudarlo a compartir su pasión con el mundo digital.

“En el año 2022 cuando mi hija me dice que ya te creé la página del TikTok, yo ya le había dicho que no, que quién me iba a escuchar a mí. Y ella me dice: no, los jóvenes estamos interesados en escucharte”, comentó Giovanni, dueño de Anticuario Shop.

Sus videos se volvieron virales y el negocio se ha convertido en un legado familiar.

“Me puedo morir tranquilo, a mí me gustó cuando mi hija, que es abogada, en ese momento tenía 23 años, me habló de las páginas y me habló del Anticuario Shop. Y ahora ella es la que compra y es la que vende. Incluso sabe comprar mejor que yo. Hace mejores negocios que yo”.

En este lugar donde los objetos olvidados encuentran un hogar, Giovanni y Doménica demuestran que el pasado puede brillar con nueva vida y que el amor por la historia se hereda, se cuida y se comparte entre generaciones.

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