Militarización y silencio en hospitales públicos: pacientes y médicos bajo presión

La militarización de hospitales y la creación de un comité nacional marcan el inicio de un plan de rescate. Sin embargo, pacientes, médicos y familiares denuncian un blindaje que oculta la falta de medicinas, equipos dañados y miedo a represalias.
Fachada del hospital de niños Baca Ortiz.()
22 ago 2025 , 16:29
Televistazo

En los últimos días, el país ha visualizado la crisis de los hospitales públicos que, por la corrupción y malas administraciones, llegó a tocar fondo.

Esta semana se han tomado dos medidas que parecen parte de un plan de rescate: el Gobierno ensayó la militarización de tres administraciones en hospitales de Guayaquil y ha creado un Comité Nacional de Salud Pública. Medidas cuyos resultados están por verse.

Todo eso, en medio de un blindaje que impide conocer más detalles de lo que sucede dentro de los hospitales. Pedidos de información, entrevistas y datos que deberían ser públicos son negados por el Ministerio de Salud. Y, pese a ser edificios públicos, el simple ingreso está controlado y, para los medios de comunicación, restringido.

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En el Hospital de Niños Baca Ortiz, por ejemplo, 10 guardias de la empresa privada Privanorte rodean el perímetro y se instalan en cada entrada, en algunas hasta dos, tres y cuatro guardias. Tienen la disposición de actuar ante la mínima alerta: los periodistas son retirados de manera inmediata.

"Me dijeron que no pueden ingresar (...) Yo sé que es un hospital público, pero yo recibo órdenes: que no pueden ingresar", dijo una de las guardias al periodista de Televistazo. Otro agregó que las entrevistas se realizan fuera del hospital, "a menos de que tengan autorización por escrito de la parte de comunicación del hospital"

Este es un hospital de referencia nacional, que en 2024, según su informe de rendición de cuentas, atendió a 147 366 niños. Muchos llegan desde provincias, donde no pueden ser atendidos por las falencias de los hospitales.

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Entre guardias y carencias

Rosa y Rodolfo han llegado desde Sucumbíos por cuarta vez. Buscan de tratamiento para su pequeño, con un tumor maligno en la pierna. Les han dado citas, pero no soluciones; tendrán que volver.

"El 10 de septiembre (de 2025) me dieron (turno) para hacer traumatología", contó el padre, mientras que la madre relató que harán tres viajes para ser atendidos. "Ojalá ya nos ayuden los doctores para salir más rápido", agregó.

Ellos se atreven a contar su historia mientras el personal de seguridad los fotografía de lejos.

Otra madre se acerca para mostrar que hace meses no tiene medicación para su hija.

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De inmediato, una persona que estaba dentro del hospital llega a fotografiar e intentar escucharla. Con esa acción infunden miedo.

El mismo miedo se vive adentro: médicos y enfermeras no pueden hablar. Según cuentan, sus pasos son monitoreados con cámaras instaladas en todos los rincones del hospital. El blindaje es total.

Padres de familia y médicos denuncian retaliaciones

Otro hospital hermético es el Francisco Icaza Bustamante, en Guayaquil. Padres de familia y médicos denuncian que son amenazados con retaliaciones si revelan, por ejemplo, que falta medicinas para tratamientos oncológicos.

"El banco de medicinas que es para tratar las infecciones o los tipos de bacterias que los niños contraen. También corticoides que es un tratamiento que a veces ellos (los niños) sí necesitan por el tema de sus quimioterapias".

O que los equipos son inservibles en una de las dos áreas de neonatología o que, hasta el martes, estaba prohibido recibir pacientes por emergencia.

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Las madres o padres esperan encontrar un alivio para sus hijos. Algunos pasan noches enteras en la calle, expuestos ante un blindaje que también les causa indignación y resentimiento. Así, los familiares de los pacientes se convierten en afectados colaterales de esta crisis de salud que impacta de mil formas.

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