Condenan a 30 meses de prisión al médico que suministró ketamina a Matthew Perry
El médico Salvador Plasencia, acusado de vender y suministrar ketamina a Matthew Perry, fue sentenciado a 30 meses de prisión federal en Los Ángeles, tras declararse culpable de cuatro cargos de distribución ilegal de la sustancia.
También deberá cumplir dos años de libertad supervisada y pagar una multa de USD 5 600. Plasencia entregó su licencia médica en septiembre y perdió su clínica.
Lea: La Reina de la Ketamina se declara culpable por la muerte de Matthew Perry
Durante la audiencia, el médico expresó remordimiento: “Debí haberlo protegido. Le fallé a él y a su familia”.
Una red clandestina y cinco acusados
Plasencia es el primero de cinco inculpados en recibir sentencia. Entre los acusados están el médico Mark Chávez, los ex asistentes de Perry, Kenneth Iwamasa y Erik Fleming, y Jasveen Sangha, conocida como “la reina de la ketamina”.
Todos se declararon culpables de formar parte de una red que distribuyó grandes cantidades de la sustancia al actor.
La investigación reveló mensajes entre Plasencia y Chávez en los que se burlaban de la adicción del intérprete y inflaban el precio de las dosis por cientos de dólares.
La muerte de Perry
Perry, de 54 años, fue encontrado sin vida el 28 de octubre de 2023 en el jacuzzi de su casa en Los Ángeles. La autopsia determinó que murió por los efectos agudos de ketamina, con niveles equivalentes a una anestesia general.
Lea: El asistente de Matthew Perry se declara culpable de suministrar anestésico que provocó su muerte
El asistente Kenneth Iwamasa admitió haberle inyectado la droga incluso el día de su muerte, sin indicación médica. En una carta enviada al tribunal, la madre y el padrastro de Perry lo señalaron como el más responsable del caso:
“Se aprovechó de la vulnerabilidad de nuestro hijo [...] por unos cuantos miles de dólares”.
La Fiscalía pidió una pena mínima de tres años al considerar que el médico cometió “graves violaciones de la confianza”, pero el juez finalmente impuso 30 meses.
La sentencia marca el primer cierre judicial en un caso que expuso un entramado ilegal de ketamina y reavivó el debate sobre el uso y abuso de este anestésico en tratamientos médicos.