Candidatos todoterreno
Hay una línea de comunicación política que se señala que un debate aburrido no mueve, en grandes volúmenes, las preferencias electorales. Más allá de quién lo haya hecho mejor, si ese frente a frente no cala en las fibras emocionales de los ciudadanos, el encuentro se desvanece por completo.
Al parecer, ese fue el propósito del equipo de campaña de Daniel Noboa, quien convencido de que tiene una amplia ventaja (percepción riesgosa) ante Luisa González, manejó el debate sin la contundencia ni el detalle que el público informado esperaba.
El resultado: buena parte del círculo rojo de la política nacional cuestionó su desempeño, declarando a la aspirante del correísmo como la ganadora del debate.
Bajo la lógica de los gatos y los ratones, que inspira al cuarto de guerra de Noboa, que los gatos se incomoden no es tan importante, porque el verdadero cometido está en captar a los ratones. Es decir, los gatos ya están definidos y hay que llegar a los otros. Y para hacerlo, el espacio menos indicado es un debate presidencial.
Toda esta interpretación medio psicológica, empero, no le eximía al candidato, de haberse preparado mejor. Noboa busca el más alto cargo de representación del Ecuador, en una nación donde la política, la presidencia y la misma organización social son multifacéticas, para lo cual se necesita un líder que sepa jugar en todos esos terrenos.
Por lo tanto, no hubiese estado de más que Noboa le añadiera a su serenidad y afable entonación de voz y cierta originalidad, argumentos mejor tallados que le permitieran afincarse en el terreno de la política, desde donde ha decidido lidiar. La ventaja de llevarse una buena impresión en los círculos informados es que sus comentarios nutren la esfera de la política pública, que quizás no lo sea todo a la hora de ganar una elección, pero sí para sostenerse.
Luisa González se preparó y se adaptó para ese público. Y en X (Twitter) la maquinaria correísta (trolls, robot y activistas de carne y hueso) operó con mucha fuerza desde sus IP en México, pretendiendo instalar el relato de la victoria, algo que le funciona con mucha menos intensidad en Tik Tok, el nuevo espejo de la gente donde Noboa y su esposa Lavinia Valbonesi, mandan.
En esta segunda vuelta, Luisa se ha esforzado por ser una candidata todoterreno, que rompe las barreras formales del correísmo, al entrar, por ejemplo, en la prensa independiente. Y en su debate mostró más soltura, pero sin ser suficiente aún para derribar dos aforismos demoledores: la influencia sofocante de Rafael Correa en todo lo que hace la Revolución Ciudadana y el deseo incontrolable de sus asesores de Puebla por desdolarizar.