La empresa estadounidense Vuzix presentó este producto en Las Vegas, a un precio de mil dólares.
En la competencia tecnológica no todo depende del cristal con que se mira. Si bien las gafas inteligentes de Google son uno de los productos que más llaman la atención en el Salón de la Electrónica de Consumo (CES) de Las Vegas, este producto ya no está solo y la competencia empieza a aflorar.
Los prototipos del gigante de Internet son conocidos por pocos ingenieros que desarrollan aplicaciones y “exploradores” que pagaron 1.500 millones de dólares por ellos. Y Google sigue sin anunciar la fecha oficial del lanzamiento, aunque los rumores apuntan a la primera mitad de 2014.
Mientras llega ese momento, la empresa estadounidense Vuzix presentó en el CES lo que afirma son las primeras gafas inteligentes del mercado con un precio de mil dólares.
Este dispositivo, hecho en una sola pieza de cristal, incluye una cámara de alta resolución y puede conectarse a un smartphone o a internet inalámbrico para proyectar datos ante el ojo del usuario.
“Nosotros apuntamos al mundo de la industria, como (por ejemplo) a aquellas personas que deben encontrar paquetes en un almacén”, explica Mike Hallet, responsable de ventas de Vuzix. “La cámara puede leer códigos de barra y luego (el aparato) indica dónde se encuentra el paquete”.
Hallet también hace referencia a los sectores médico y aéreo como posibles usuarios de su dispositivo, al tiempo que subraya que su empresa quiere dar un paso adelante hacia el mercado del gran público con aplicaciones para que sus gafas permitan leer correos electrónicos o traducir idiomas.
Aunque las “Google Glass” han logrado crear mucho alboroto en el mundo de la tecnología, las gafas inteligentes no nacieron ayer, según una exposición en el CES que relata la historia de este invento, creado en 1987.
Uno de ellos, fabricado en 2007 y que se parece a unas gafas de sol puestas al revés, fue usado en aviones para que los pasajeros de primera clase pudieran ver películas.
En cuanto a un modelo de 2002, “parece que uno tenga una sierra en la cabeza”, cuenta divertido Rhys Filmer, responsable de marketing de OrCam, una compañía israelí que fabrica pantallas y aparatos para personas con visión reducida.
El usuario, que lleva un auricular, enfoca la mini-cámara de OrCam -sujeta a una pequeña montura de gafas- hacia lo que quiere leer y el aparato empieza a pronunciar las palabras en voz alta. La firma calcula que su creación podría salir al mercado de aquí a seis meses con un precio cercano a los dos mil 500 dólares.
“Nuestro aparato es un remedio, sobre todo para las personas con muy poca vista o ciegas”, por lo que “ayudará a ser más independiente”.
Google, por su parte, asegura que sus gafas deben permitir a sus usuarios “vivir el mundo sin que la tecnología entorpezca”. Quien las lleve podrá hacer fotos, grabar vídeos, enviar mensajes o realizar tareas combinando órdenes con las manos y la voz.
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