05 nov 2020 , 06:00

¿Por qué una buena o mala vejez no depende de menos o más años de edad?

2 profesionales dan consejos para que los familiares cuiden al adulto mayor.

Dentro del ciclo de la vida del ser humano, la etapa de la vejez es, quizá, una de las que más cuidados requiere, pues en ella se presentan muchos cambios corporales, psicológicos y sociales. Pero ¿por qué muchas veces se ven a adultos mayores de 90 años que física y funcionalmente se muestran mejor que unos de 80 años? Para el geriatra Aldo Guevara, es importante tomar en cuenta que “el envejecimiento es un proceso y como tal, es individual de cada uno de los seres vivos. Ni los gemelos declinan en la misma forma y el mismo individuo, de una etapa a otra, se deteriora en forma distinta. Por ello, vemos aún en la misma familia que el hermano menor se ve más envejecido que el mayor y posee enfermedades que no aquejan al que le precede”. 

 

A criterio de Rosa Azúa, trabajadora social jubilada y con experiencia en gerontología, "la vejez no se la mide por los años que se cumplen, la vejez se la mide por los estilos de vida que se haya llevado durante su existencia. Eso implica no solo la salud física, sino una salud integral, que tiene que ver con lo biológico, lo psicosocial; inclusive, todo lo que está a su alrededor cuenta para ese envejecimiento llamémoslo saludable”.

La alimentación y la actividad física son una mancuerna clave para llegar a esta etapa en las mejores condiciones. “Evitar los excesos. Inclusive los excesos mismo en la alimentación; uno no puede estar alimentándose con cualquier cosa. Hay que tener un régimen alimenticio acorde con la edad. De esa manera, uno podrá llegar a la edad que desee y, sobre todo, con calidad de vida, valiéndose por sí solo”, menciona, vía Zoom, para ecuavisa.com

 

Entonces, ¿cuánta importancia debemos darle a la alimentación a lo largo de nuestra vida? “La nutrición es importante como un factor condicionante de una vejez armónica, pero si se mantiene a través del tiempo”, señala Guevara, quien destaca que “si dejo de introducir nutrientes en una etapa larga o corta, voy a pagar las consecuencias con algún achaque”.

 

Vía correo electrónico, el especialista recuerda que el verbo nutrir se refiere a la ingestión de productos que recuperan el desgaste natural de un organismo. “Esos nutrientes, desde el nacimiento hasta la muerte, son proteínas, que deben constituir el 50 % del régimen; hidratos de carbono, en un 40 %; y grasas, 10%.

El papel de los medicamentos

 

Azúa considera, a criterio personal, que los “medicamentos farmacéuticos (deben ir) al tacho de la basura, con el perdón de los dueños de farmacéuticas, porque esos te ayudan a algún órgano de tu vida, pero te afecta al otro”. 

 

La jubilada de 75 años cuenta que ella no toma medicinas. “Es mi alimentación, evitar el sedentarismo, tener una vida mental sana, estar en bien con la humanidad y la naturaleza. Ese es el mejor remedio para una vejez digna y saludable”.

 

Azúa agrega que el trabajo en la comunidad también aporta. “Yo estoy jubilada de mi trabajo en relación de dependencia, pero no significa que esté jubilada de los otros trabajos que yo quiera seguir haciendo. Yo sigo trabajando por el bien de los adultos mayores a través de la organización, la red nacional de adultos mayores que agrupa a jubilados y no jubilados. Estamos aceptando las tecnologías porque se nos torna difícil, pero aquí estamos”, remarca. 

Por otro lado, el doctor Guevara indica que sí existen fórmulas químicas que ayudan a los adultos mayores, como los suplementos proteicos en polvo y en líquido (ampollas bebibles); y otros elaborados con elementos de la naturaleza que estimulan determinadas áreas y funciones. “La investigación farmacéutica está tan avanzada que se pueden encontrar moléculas que pueden influir en la generación de sustancias en quien las consume”, añade.

 

Se heredan las características físicas y… las enfermedades

 

Hay algo que todos debemos tener claro de entrada: “La herencia es quizás el factor más importante que va a decidir nuestro proceso de envejecimiento”, precisa el geriatra. Se heredan, no solo las características físicas, sino también las enfermedades, los hábitos, y el carácter; es decir, la personalidad. “Tanto así que un autor decía que para tener una armónica vejez, habría que escoger a los abuelos. Tarea imposible, por ahora”, señala el especialista. 

 

Se cumple aquella ley del “salto atrás”: se hereda más de los abuelos que de los padres. “Si se quiere saber qué futuro nos espera es bueno recurrir al árbol genealógico que nos despejará tantas incógnitas y es un primer paso para prevenir y planificar la tercera edad”, menciona.

 

En cuanto a los problemas de salud vinculados a esta etapa, el galeno explica que a “algunos achaques, la sociedad los considera enfermedades, como las cataratas, por ejemplo. La osteoporosis, que afecta más a mujeres que a hombres; las artrosis, que no hacen diferencia de géneros. La hipertrofia prostática benigna y el cáncer de próstata, exclusivos de varones, pues esa glándula no consta en la anatomía femenina”. 

 

“La demencia senil tipo Alzheimer o vascular; problemas metabólicos (diabetes, dislipidemia, hígado graso, cirrosis); patologías vasculares, periféricas y centrales; enfisema y fibrosis pulmonar”, agrega. 

 

Azúa resalta que si previo a su etapa de adulto mayor la persona siguió un estilo de vida caracterizado por la buena alimentación y el ejercicio físico, va a llegar a una vejez saludable, “va a evitar el colesterol alto, va a evitar los triglicéridos, va a mantener todo su cuerpo en movilidad y va a seguir sano”. 

“El enfisema pulmonar, si se elimina el hábito de fumar; o el hígado graso, si se hubiera llevado un régimen alimenticio equilibrado”, agrega Guevara. 

 

Los cuidados básicos para nuestros adultos mayores

 

En primer lugar, la inclusión en el círculo familiar. “Que el pariente mayor no sea un objeto, sino que sea consultado y tomado en cuenta”, indica el especialista. Una nutrición adecuada y controlar la hidratación a no menos de 3 litros diarios de agua son otras 2 recomendaciones importantes. 

 

La práctica de una rutina de ejercicios físicos acorde con el estado de autosuficiencia del adulto mayor. Además, introducirlo en grupos para actividades intelectualmente creativas (desde pintar a hacer crucigramas, etc.).

 

Por otra parte, un chequeo médico anual completo es imprescindible. 

Azúa, con gran experiencia en gerontología, hace hincapié en que los familiares tienen que aprender qué es la vejez. “(La persona) no siempre va a estar en buenas condiciones. Entonces, aprender cuáles son las formas de llevar; suponiendo que tenga una enfermedad que no le permita valerse por sí solo, cómo saber cuidarlo, cómo saber levantarlo, cómo saber manejarlo ya psicológicamente”.

 

“Si va perdiendo la memoria, saber qué hacer porque generalmente lo más crítico para un adulto mayor en esta etapa es que comience con cuestiones repetitivas y comienza el familiar, los nietos o los hijos ‘ya cállate, ya me lo repetiste 3 veces, hasta cuándo me lo sigues repitiendo’, por ejemplo; o el ‘quédate ahí, no salgas, te dije que no salgas’”.

“Eso es un maltrato psicológico y no le ayuda nada a la persona. Estas cuestiones tienen que saber desde los nietos hasta los hijos: cuál es el comportamiento de una persona, si ya fue diagnosticada con principios de Alzheimer, pues saber cómo tratarlo”, insistió. 

 

Aclara que no es que tengan que hacerle todo al adulto mayor, tienen que hacer las cosas junto a él. “No es que le van a decir que desayune solo, que le tiren la comidita ahí y ‘come, come pronto; desayuna pronto”. No, más bien con la compañía, hacerle que él se sienta que no está solo”, enfatiza. 

 

El geriatra Guevara recomienda nunca olvidar que mañana nos tocará a nosotros y desde ya hay que pensar qué nos gustaría que nuestra familia considere oportuno proporcionarnos en la etapa de la vejez.

 

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