El rasgo psicológico que comparten las personas que siempre terminan siendo el clavo de alguien más, según la ciencia
Psicólogos indican que la evitación del duelo y la necesidad de validación emocional son factores comunes entre quienes se involucran rápidamente tras una ruptura.
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Un clavo, no saca otro clavo ( )
¿Quién no ha escuchado la frase, un clavo saca a otro clavo? Aunque suena a consejo popular, este comportamiento suele revelar patrones emocionales profundos, ya que según especialistas en psicología, muchas personas que saltan de una relación a otra sin detenerse comparten un mismo rasgo, y es la dificultad para enfrentar el dolor de una separación.
Iniciar una nueva relación de forma inmediata puede parecer una forma de alivio, pero en realidad, se convierte en una estrategia de evasión emocional, y los psicólogos señalan que, en estos casos, se busca evitar el vacío, reafirmar el atractivo personal o llenar el espacio que dejó la ex pareja, sin haber procesado realmente lo vivido.
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Las llamadas relaciones rebote suelen ser cortas y poco estables. De hecho, investigaciones indican que más del 90 % de ellas se disuelven en pocos meses, y esto ocurre porque están motivadas por la urgencia de sentir compañía y no por un vínculo construido con claridad emocional.
El problema no solo afecta a quien busca olvidar, sino también a quien termina siendo el clavo de turno, ya que es alguien que es usado inconscientemente como parche emocional. Este tipo de dinámica puede dar lugar a relaciones desequilibradas, donde uno de los dos no está emocionalmente disponible.
Expertos insisten en que atravesar un duelo es necesario para aprender de lo vivido y reconstruir relaciones futuras más saludables, pero sin ese proceso, se corre el riesgo de repetir patrones y seguir involucrándose con otras personas desde la necesidad, no desde la elección consciente.
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