Los colores que eligen vestir las personas hipócritas, según análisis de la psicología

El amarillo y el verde, asociados a emociones positivas, también esconden connotaciones de falsedad y envidia que revelan rasgos hipócritas.

La psicología del color demuestra que nuestras preferencias cromáticas hablan tanto del consciente como del subconsciente. Aunque solemos vincular el amarillo con la alegría y el verde con la esperanza, expertos señalan que estos mismos tonos pueden delatar actitudes hipócritas, es decir, la tendencia a fingir valores o emociones que no se sienten verdaderamente.

Lea más: Horóscopo de este lunes, 14 de abril: Escorpio, es tiempo de dedicarte a lo que te apasiona

- Alegría y optimismo: tradicionalmente el amarillo simboliza luz, creatividad y energía positiva.

- Arrogancia y falsedad: el director académico José Ángel Saavedra, de la British School of Creative Arts & Technology, destaca que una exposición excesiva a este color puede evocar arrogancia y superficialidad, rasgos habituales en la hipocresía.

- Envidia y traición: según un artículo de L’Escola d’Art i Superior de Disseny, el amarillo también se asocia con la mentira, los celos y la traición, reforzando su doble cara.

- Fertilidad y buena suerte: el verde claro suele relacionarse con renovación, crecimiento y equilibrio emocional.

- Envidia y manipulación: el psicólogo Óscar Castillero Mimenza explica que, en sus tonalidades más oscuras o combinadas con negro, el verde evoca envidia, horror e incluso la muerte, indicando un uso estratégico para influir o engañar.

- Preferencias por género: estudios como el de Fernando Restrepo Betancur en Medellín revelan que el verde es más popular entre hombres, mientras el amarillo predomina en mujeres, lo que podría reflejar diferencias en estrategias de autopresentación.

Lea más: Las redes sociales reconfiguran nuestro cerebro

El vínculo entre color y emoción no es arbitrario. El psicólogo Julio Santiago, de la Universidad de Granada, subraya que asociaciones como “verde de envidia” o “alerta roja” tienen raíces culturales y biológicas, y se refuerzan por la exposición mediática y social . Carl Jung describió los colores como “la lengua madre del subconsciente”, y Eva Heller, en La psicología del color, advierte que ignorar estos significados impide utilizarlos de manera adecuada en comunicación y diseño.