03 jul 2025 , 12:00

Científicos descubren que un alga común puede fabricar bioplástico en Marte

Científicos cultivaron algas en un refugio autosostenible que podría servir como hábitat para humanos fuera de la Tierra.

   
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La vida en Marte podría estar más cerca de lo que imaginamos, y no gracias a robots o estructuras metálicas, sino, a una simple alga verde, ya que un equipo internacional de investigadores ha logrado cultivar Dunaliella tertiolecta, que es un tipo común de alga, en condiciones similares a las del planeta rojo. Y no solo sobrevivió sino que también produjo bioplástico, abriendo la puerta a hábitats autosostenibles en el espacio.

Los experimentos fueron dirigidos por científicos de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson, de la Universidad de Harvard, y publicados en la revista Science Advances. Su idea fue simple pero poderosa y era crear refugios impresos en 3D con bioplástico, en lugar de transportar materiales desde la Tierra, lo que sería costoso y poco práctico.

“El objetivo es construir un sistema de circuito cerrado donde el hábitat hecho de bioplástico albergue algas que, a su vez, puedan producir más bioplástico”, explicó el profesor Robin Wordsworth, líder del proyecto. “Es un modelo que se puede mantener por sí mismo, e incluso crecer”.

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Un mini Marte en el laboratorio

Para simular las condiciones marcianas, los científicos mantuvieron a las algas en una cámara con baja presión atmosférica de unos 600 pascales, con mucha presencia de dióxido de carbono y sin oxígeno disponible. La clave fue usar un tipo de bioplástico llamado ácido poliláctico, que protege contra la radiación UV pero permite pasar suficiente luz para que ocurra la fotosíntesis.

Y aunque Marte no permite la existencia de agua líquida en su superficie, la estructura del refugio creó una diferencia de presión que sí permitió retener el agua necesaria para las algas.

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Este avance se suma a investigaciones anteriores del mismo equipo, que ya había probado láminas de aerogel para terraformar zonas específicas de Marte, creando mini invernaderos, pero ahora, con esta nueva técnica basada en biomateriales, se podrían resolver los dos grandes obstáculos para el cultivo extraterrestre, que son temperatura y presión.

También de Marte, el equipo también planea probar estos refugios en condiciones de vacío, lo que podría servir para futuras misiones a la Luna o el espacio profundo.

Además su potencial para sustentar la vida fuera del planeta, el profesor Wordsworth destaca que este enfoque podría beneficiar directamente a nuestro planeta: “A medida que esta tecnología avance, también veremos aplicaciones para la sostenibilidad en la Tierra”.

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