Los tesoros de la Isla de la Plata

La Isla de Plata se encuentra frente a las costas ecuatorianas, específicamente frente al cantón Puerto López de la provincia de Manabí.

 

En este maravilloso lugar podemos encontrar maravillosos paisajes, flora y fauna únicos y que atraen a miles de visitantes cada año. 

 

Desde Puerto López salimos a alta mar en busca de ballenas jorobadas en nuestro camino hacia la Isla de la Plata. Los especialistas indicaban que en octubre es complicado verlas, sin embargo, nos aventuramos. 

 

Tras un viaje de 15 minutos hacia alta mar, un grupo de delfines rodeaban nuestra embarcación. Los pobladores dicen que estos mamíferos son de buena suerte y la suerte estaría con nosotros..

 

Minutos más tarde, la respiración de una ballena jorobada nos mostraba su majestuosidad. Logramos encontrarlas. 

 

Estos mamíferos visitan las costas ecuatorianas entre los meses de junio y septiembre para aparearse y tener en estas aguas calientes sus crías. 

 

Cerca de nosotros estaban dos madres y sus ballenatos. Ellas aleteaban mientras nadan al revés, digamos que boca arriba. Los pequeños eran hoy quienes ejecutaban los saltos. Ellos miden 4 metros, la tercera parte de sus padres.

 

Este es uno de los espectáculos acrobáticos más hermosos del planeta y quienes lo presencian ya quisieran que no se acabe nunca.

 

Llegamos a la tan esperada Isla de La Plata. Centenares de cangrejos dan la bienvenida a esta reserva ecológica y luego de escoger uno de los senderos arrancamos el recorrido.

 

El camino es largo y empinado pero lleno de satisfacciones. El bosque seco permite observar una diversidad de aves y especies vegetales.

 

Los piqueros de patas azules están por todas partes y dispuestos a ser fotografiados.

 

A medida que avanza el día los turistas llegan en distintos grupos para recorrer también la Isla de la Plata cuyo nombre encierra un misterio.

 

Algunos dicen que es porque el famoso pirata inglés Francis Drake ocultaba aquí los tesoros que arrebataba a los galoeones españoles. Otros dicen que el guano de las miles de aves que la habitan hacen que parezca, en noches claras, que la isla brilla.

 

Tras este impresionante recorrido volvimos al continente y con ello terminamos nuestro recorrido de la “Ruta de las Ballenas”.