15 feb 2024 , 12:06

La Justicia ratifica sentencia contra hombre por pornografía infantil

La Fiscalía relató que este caso se conoció mediante de una alerta del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados Sexualmentedel Departamento de Seguridad de EE.UU.

La Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha ratificó la sentencia para Juan Carlos I., quien deberá permanecer trece años privado de su libertad por el delito de pornografía infantil.

La Fiscalía demostró que “poseía, tenía y almacenaba material de abuso sexual infantil”, por lo que –ante el Tribunal Penal– lo acusó como autor de comercialización de pornografía con utilización de niñas, niños o adolescentes (NNA).

En la audiencia de apelación a la sentencia de primera instancia, solicitada por la defensa del procesado, Fiscalía relató que este caso se conoció mediante de una alerta del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados Sexualmente (Ncmec, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad de Estados Unidos.

El Ncmec emitió a la Policía ecuatoriana un informe de la empresa Google, en el que reportó que se almacenaba material de abuso sexual infantil en dos correos electrónicos y en un número de teléfono inscrito como Juanito 3 (anclado a Google fotos) de direcciones IP localizadas en Ecuador.

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La Policía ingresó esta información a Fiscalía y en la investigación se determinó que los correos y el número telefónico estaban a nombre de Juan Carlos I. “Se reportaron 33 archivos de videos de abuso sexual infantil obtenidos a través de Google”, precisó el fiscal del caso.

Juan Carlos I. fue detenido en octubre de 2022, en un allanamiento ejecutado en una vivienda ubicada en La Roldós, en el noroccidente de Quito, donde –además– funcionaba una guardería (propiedad de la hermana del sentenciado), y él se tomaba fotos.

A decir de la perito psicóloga que practicó la experticia de análisis de consecuencias y afectación psicológica en niñas, niños y adolescentes por el delito de pornografía infantil, las víctimas padecen depresión y ansiedad en su infancia, adolescencia y edad adulta, además de problemas de esfínteres, lesiones físicas, trastornos alimenticios, entre otras secuelas.

También explicó que el término pornografía se usa en personas adultas que consienten actos sexuales para ser comercializados. La utilización de niños, niñas y adolescentes para estos fines se traduce en agresión sexual.

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